ES CIERTO que la intervención legal de elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México en tareas de seguridad pública estaba previsto desde marzo de 2019 en el Diario Oficial. También lo es que sus tareas estarán subordinadas a los lineamientos de la Guardia Nacional y policías estatales, y que tendrán como plazo de vigencia prácticamente lo que resta de la administración lopezobradorista. Sorprende y molesta a muchos, sin embargo, porque no era a fuerza, sino opcional: “…el Presidente de la República PODRÁ disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria…”.
¿QUÉ PUDO motivar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para echar mano del recurso de sacar a los soldados y marinos a las calles?, cuando su discurso por años fue lo contrario, el regreso a los cuarteles. “Haiga sido, como haiga sido”, diría su fijación caricaturizada como un militar y el mote “Comandante Borolas”, hay un reconocimiento tácito de que la estrategia de la Guardia Nacional no da los resultados esperados. Si hubiera alguna duda está esa lectura, ahí están los 29 mil 421 homicidios dolosos en todo 2019 en el país, es decir 80.6 asesinatos cada día, y los siete mil 279 en el primer trimestre del año, 80.8 cada día.
¿ES POR sí sola lesiva la ocupación de militares en tareas de seguridad pública? La respuesta es no, el detalle es si tienen esa capacidad y, más aún, la disciplina para someterse al mando civil a nivel de la tropa. Las policías municipales están rebasadas hace mucho y hasta caben los casos de que sirven al enemigo; las estatales están limitadas en su número y condición, y la Guardia Nacional no ha acabado de consolidarse. En ese escenario, apenas el viernes se anunció la vuelta de soldados y marinos a las calles, y al día siguiente los de verde olivo ya hacían rondines en convoy con la Guardia y estatales en Cuernavaca, Cuautla…
ESTE CAPÍTULO de la lucha contra los criminales podría ser como la última llamada, a la que recurre el gobierno de AMLO sin una opción más a la vista en caso de que no funcione. Tal vez valga correr el riesgo…
Twitter: @ezapata1