El hecho de que las comparsas y representantes populares de Tepoztlán hayan pedido que se suspendiera el Carnaval, considerando que es de las fiestas más importantes de la localidad, sienta un precedente en el municipio.

Los pobladores tomaron en sus manos el asunto e hicieron lo que le correspondía al alcalde y a todo el ayuntamiento, que es privilegiar la seguridad de los habitantes y turistas que asisten a esta celebración.

Este fatídico día, manchado por riñas, asaltos y personas heridas, no debe ser olvidado y tiene que servir de ejemplo de lo que no deben hacer las autoridades municipales.

No deben minimizar su responsabilidad ante un evento que por décadas ha sido de los principales atractivos turísticos. Esta no es la cara que el ayuntamiento debe dar a los visitantes.

RESPONSABLES.

Los representantes populares ya exigieron que el alcalde de Tepoztlán, David Demesa Barragán, deje el cargo por su incapacidad al frente del municipio.

Claro está que su destitución no puede ser así de fácil y la historia nos recuerda que son pocos los políticos que aceptan que les queda grande el puesto y dan su renuncia voluntaria.

Es obvio que en este asunto tiene que haber responsables y ya se verá con el tiempo a quién le quedó el saco.

SUMA DE FALLAS.

Los problemas que se generaron en el Carnaval de Tepoztlán no pueden ser hechos aislados. La falta de capacidad de las autoridades en este caso puede ser solo la punta de iceberg.

¿Qué más estará mal en el ayuntamiento de Tepoztlán? ¿Cuántas omisiones más habrá cometido el alcalde y su séquito?

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