LA versión de que el alcalde de Ayala no quiere al Mando Único y un regidor de Cuernavaca va en la misma línea le mete ruido al proyecto de coordinación federal, estatal y municipal para atacar la inseguridad.
No pasaban ni 24 horas de esos pronunciamientos, a contrapelo de la intención federal, cuando la Comisión Estatal de Seguridad salió para darle dirección al tema: las alcaldías sólo manejarán lo administrativo.
Más aún: si algún (os) ayuntamiento (os) se opone (n) al proyecto que viene desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, primero se le “convencerá” vía decretos estatales o mediante el plan de Guardia Nacional.
POR lo anterior y más, será muy importante la reunión que se anunció para hoy entre el secretario de seguridad federal Alfonso Durazo y el gobernador Cuauhtémoc Blanco, para definir cómo va la jugada para 2019.
En ese encuentro también habrá de participar el jefe de la oficina de la gubernatura José Manuel Sanz y el comisionado estatal de seguridad vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros, para luego aterrizar el tema.
Y vaya que urgen buenas noticias de ese encuentro, toda vez que los reportes sobre el tema, correspondientes a los últimos días de 2018 y primeros de 2019, fueron de espanto. Ya platicaremos lo que ahí suceda.
POR cierto, queda suficientemente claro que el personal del Ejército Mexicano hoy día no puede asumir la titularidad de la coordinación de las acciones para prevenir el delito y someter a los delincuentes en Morelos.
Sin embargo, ante la necesidad de revisar el armamento de los policías estatales, se dijo incluso a nivel nacional que los soldados asumían las tareas de la seguridad pública en tres municipios morelenses. No es tal.
Y con eso de que la estrategia contra los criminales todavía no da los resultados deseados, se impone preguntar al obispo Ramón Castro ¿para cuándo una marcha contra la inseguridad? o ¿ya todo va bien?
MÁS aún, la estridente Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos se ve acéfala, quizá porque tiene “jale” con el gobierno, tal vez es momento de callar o definitivamente “chafeó” porque ya no se le saca raja política.
Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1