ES TAN cierto que la curva de contagios de COVID-19 nunca se ha aplanado, como que en ello hay mucha responsabilidad social, en especial de la ocupación hospitalaria que ha llegado al 76 por ciento.
De cierto, Morelos no había tenido esa demanda de camas para los pacientes del nuevo coronavirus desde el inicio de la pandemia, pero hoy sí indudablemente como efecto del jolgorio de Fin de Año y Reyes.
¿Cuándo vendrá abajo la tendencia alcista de contagios en Morelos? No hay certeza, aunque los pronósticos más esperanzadores indican que a principios de febrero, y los más negativos marcan hasta abril.
EL RIESGO de ocupación total de camas y respiradores mecánicos está latente, en un escenario que pareció no llegar al entendimiento de un buen número de morelenses, pues las cifras de casos activos lo evidencian.
Ahora ya no es el caso de si las autoridades sanitarias están haciendo su tarea, sino de lo que una parte de la comunidad no está haciendo, es decir, cumplir sin descuidad las medidas sanitarias de prevención.
Una cosa es la negligencia de no ir oportunamente al hospital cuando los síntomas de COVID-19 son inequívocos, y otra que aun acudiendo los servicios de salud no tengan la capacidad de atención por sobrecarga.
MIENTRAS los organismos sanitarios como Secretaría de Salud, IMSS e ISSSTE hacen lo que pueden por generar más espacios de atención, la otra parte es de competencia social usar gel, sana distancia, cubrebocas…
Hoy todavía es incierto creer que las vacunas son la solución, no porque clínicamente no lo sean, sino porque su aplicación depende de circunstancias como el flujo de biológico y las fechas de su recepción.
La declaratoria de “rojo” del semáforo de riesgo epidemiológica no es cosa de fantasía, obedece a hechos que, si no son totalmente visibles para toda la población, sí se están registrando dentro de los hospitales.
ASÍ QUE contrario a la expectativa de que el inicio de vacunación sería el arranque para el aplacamiento de la curva de contagios, Morelos está en riesgo de ver aún todavía una escalada más alta que nunca.
Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1