EL PRÓXIMO domingo, en teoría, el Sistema Nacional de Seguridad hará público el reporte oficial de incidencia delictiva en todo el país, del cual por obvio merece especial atención la estadística para Morelos.
Como ha sido a lo largo del año, la esperanza de ver un descenso sostenido en la variedad de delitos se ha topado con la necia realidad, la misma que no tiene enfrente alguna acción clara que la modifique.
Para el conteo formal hasta el cierre de agosto la expectativa no es muy diferente en cuanto al dato duro, y pero en canto a percepción por casos como el de la colonia Antonio Barona, aunque no es de ese mes.
EL CONTEO cotidiano que hace no el sistema mencionado dependiente de la Secretaría de Gobernación, sino el de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, también da indicios de que la inseguridad no baja.
Lamentablemente hay divergencia entre las cifras que se han ofrecido en la conferencia mañanera por parte del mando superior del Ejército y el reporte de Segob con base en los datos de las fiscalías estatales.
Que ambas instituciones no coincidan en el número de homicidios doloso en Morelos, genera oportunidad a la incredulidad y al negativo pensamiento de que las cifras pudieran estarse manipulando mal.
EN MEDIO de todo lo anterior y justamente por el caso de la Barona, el primer día de este mes, mereció atención y mensaje de la presidencia de la república con la promesa de que en breve se tendría un informe.
Si ya se hizo el informe público sobre el particular por parte de la federación, tal vez faltó hacer énfasis en el mismo, aunque más bien parece que no hay tal reporte que permita entender mejor el fenómeno.
Lo que no necesita una investigación exhaustiva es la evidente disputa de espacios por parte de grupos criminales, que si bien de vez en vez pierden miembros incluso de su élite, en breve logran la recomposición.
TAL VEZ haya que esperar otro mes y, sobre todo, un ajuste en las acciones de autoridad para ver alguna mejoría en materia de seguridad pública. Como quiera, no hay muchas alternativas, si acaso son pocas.
Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1