CADA QUE vuelve a sonar la oscura historia de la denominada “Estafa Maestra”, salta necia aquella historia que parece fantasía (pero…) sobre cómo pudo estar involucrada la máxima casa de estudios de Morelos.
Recurrente, aferrada a no ser olvidada, reaparece la narración de que allá por 2013 un funcionario de la UAEM cercano al rector Alejandro Vera tenía “contactos” en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Más aún, que se podrían recibir contratos de bienes y servicios por parte de la Sedesol, con lo que se allegarían algunos millones de pesos, por lo que se buscó trabar las relaciones… no se perdía nada.
EN AQUELLOS tiempos de Rosario Robles al frente de Sedesol, se habría urdido el entramado para orientar obras y recursos públicos a “x” empresas privadas mediante el concurso de universidades públicas.
La versión ¿acaso onírica? indica que para el concurso de la UAEM en el plan de Sedesol primero un conocido de Vera Jiménez afianzó con mandos medios la “jugada”, pero era necesario el vo. bo. del rector.
Que Vera Jiménez sí acudió a Ciudad de México para entrevistarse con mandos medios-altos de Sedesol para darle mayor seriedad al proyecto de participar como contratista y que éste allá causó muy buena impresión.
LA PARTICIPACIÓN de la UAEM en lo que luego se conocería como la “Estafa Maestra” parecía tarea simple de párvulos: recibiría los contratos y sin más los entregaría a subcontratistas que harían toda la chamba.
Es decir, quienes manejaron este asunto en la máxima casa de estudios de Morelos ni se despeinarían y, en cambio, recibirían una suculenta cantidad de millones de pesos. Y así de fácil le entraron…
Los subcontratistas, entre quienes aparecieron empresas manejadas por gente vinculada al crimen organizado, no cumplieron cabalmente con el compromiso y los de la UAEM sólo se encogieron de hombros.
COMO SUELE ser, primero el entonces rector Alejandro Vera negó toda responsabilidad, pero no mucho después salió con aquella expresión tipo “nos chamaquearon”, abusaron de la inocencia de la UAEM. ¿Será?
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1