EN EL AIRE, con un pestilente hedor a impunidad, están las denuncias que presentaron los diputados de la actual Legislatura contra sus antecesores, en noviembre del 2018, ante la Fiscalía General del Estado.

En aquella ocasión, a las puertas de la Fiscalía, diputados como Alfonso Sotelo, presidente del Congreso, señalaron que unos 15 antecesores se habían despachado 9.8 millones de pesos poco antes de dejar el cargo.

En la repartición, Hortencia Figueroa habría recibido seis cheques por un total de 2 millones 70 mil pesos, sin justificación legal aparente. Hoy parece haber un pacto de silencio o inacción en Congreso y/o Fiscalía.

A ESTAS HORAS de lectura, ya debería haber llegado a la Oficialía de Partes del Congreso de Morelos el decreto para la creación de la Guardia Nacional, que fue aprobado el jueves reciente en el de la Unión.

Salvo la reserva de algún diputado local, la Guardia Nacional tiene de antemano aprobación en Morelos, no sólo de esta Legislatura, sino la bendición de los gobiernos estatal y municipal de Cuernavaca, al menos.

Pero contrario a la idea de que las fuerzas estatales y municipales van a entrar en un periodo de irresponsabilidad para dar paso a los refuerzos federales, lo cierto es que se ponen al tiro o se van a la calle.

JUSTO EN EL tema de inseguridad, será interesante la ruta de la prometida apertura de los archivos secretos que a lo largo de las décadas ha acumulado el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Desde luego que en el plano nacional sobran casos por revelar, pero ya a nivel local qué tal conocer los detalles de la gestión 1994-1998 del gobernador Jorge Carrillo Olea, que a la postre los llevaron a ser removido.

Lástima que el mismo promotor del descongelamiento de archivos secretos, el presidente López Obrador, haya dicho que no todo lo que salga ahí es cierto; o sea, cada quien creerá lo que quiera de esas historias.

SERÁ INTERESANTE, también, conocer sobre la protegida presencia en Cuernavaca del capo de la mafia siciliana estadounidense Sam Giancana, a finales de los 60’s e inicios de los 70’s, en registros de la DFS y Cisen.

Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1

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