Las preocupaciones y carga de estrés entre las personas provocan problemas para poder conciliar el sueño durante la noche, lo que deriva en una serie de trastornos que afectan en el desarrollo de las actividades cotidianas.

Hasta antes de la pandemia por COVID-19 se tenía registro que la tercera parte de la población padecía un trastorno de sueño, sin embargo, ahora se han incrementado considerablemente, debido a la preocupación y cuadros de ansiedad que se presentan al estar en confinamiento, observar noticias y afectaciones por el Coronavirus, entre otras. Durante el Ciclo de conferencias: Estrategias de Acción para el Bienestar Psicosocial en Tiempos de COVID-19, organizado por el Centro de Investigación Transdisciplinar en Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), el doctor Reyes Haro Valencia, Director del Instituto Mexicano de Medicina Integral de Sueño, presentó una serie de factores que afectan al tiempo de dormir.

Uno de estos precisamente es la ansiedad y preocupaciones, que llegan a provocar pesadillas y alucinaciones cuando una persona duerme, además de presentarse parasomnias, que son acciones breves de despertar sin que se produzca una interrupción del sueño. A esto se suma la somnolencia que las personas tendrán durante el día al no poder dormir el tiempo correcto por la noche, lo que afecta el desempeño diario en sus actividades cotidianas.

Reyes Haro destacó que actualmente los hábitos de las personas de hacer trabajos, tareas y otras cosas a través de la computadora o celular desde la cama, también influyen, pues provocan desvelo y mala calidad del sueño. Afirmó que dormir bien, por lo menos siete horas diarias, es importante y contribuye a mantener la presión arterial, los niveles de azúcar en la sangre, triglicéridos, colesterol, entre otros. 

 

JOSÉ AZCÁRATE

jose.azcarate@diariodemorelos.com

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