Andrés Manuel López Obrador, como buen barriero, pone apodos ofensivos a sus opositores, contrarios y enemigos.
Si le entró de “mequetrefe”,
Siendo asunto de ahogados,
entonces que lo maneje
tribunales y juzgados.
Corolario: Cretinos, corruptazos, fifís, neoliberales, conservadores, traidores, palero, peleles, fantoches, puchos, sabelotodo, aspiracionistas… ¡Qué presidentazo!
Por PABLO RUBÉN VILLALOBOS