1.Este viernes 5 de octubre, a las 19 horas, el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MUCIC) abrirá las puertas de todas sus salas a un publico que deberá ver lo expuesto, NO con un enfoque surgido de los desgastados discursos políticos que hablan de la equidad de género, SINO buscando la esencia de una manera de estar en el mundo -asunto ontológico- que ha venido exigiendo legitimación y reconocimiento a lo largo de la historia. Y es que 17 mujeres expondrán una selección de obras creadas desde una perspectiva de género re-significada que contribuirá a nutrir la historia de estos esfuerzos encabezados por Judy Chicago, entre otras muchas artistas.
“Un habitar propio”, título de la colectiva, nace del famoso ensayo que escribiera Virgina Woolf en 1928: las mujeres necesitamos UNA HABITACIÓN PROPIA para escribir novelas y desarrollar otras actividades artísticas, necesitamos autonomía e independencia económica, pero Magali Lara y Larisa Escobedo, curadoras de la muestra partieron asimismo de la pregunta que lanzara la historiadora del arte Linda Nochtlin en 1971, en la revista ARTnews: ¿Por qué no hay grandes mujeres en la Historia del Arte?
De este modo, estarán presentes desde las demandas de reconocimiento de la labor cultural femenina (que hicieran Sor Juana Inés de la Cruz y Rosario Castellanos, cada una en su momento), pero también la necesidad de que el cuerpo femenino sea un espacio des-apropiado de la mirada masculina, que es la que nos ha construido como objetos de deseo a las mujeres durante siglos, sin que esto implique una dolorosa herida abierta, pues hoy los discursos plásticos feministas son menos agresivos que los del pasado.
2.A decir de la reconocida artista plástica Magali Lara: “Se trata de artistas fuertes, con un discurso y una técnica bastante construidos que hablan de la experiencia del cuerpo femenino en tensión. No siempre está leído desde el mismo lugar. No dicen qué se puede hacer, sino qué se está haciendo. Dicen cosas que no se habían dicho antes y la importancia del mundo privado es importante. El rango de posibilidades expresivas es amplio, hay obras eróticas, con humor, dramáticas y sin embargo la experiencia del cuerpo femenino está puesto allí. Desde un lugar fundacional, no propagandístico.”
Para Larisa Escobedo, artista formada en la Facultad de Artes de la UAEM : “Fue difícil hacer la selección de la obra porque siempre hay creadoras que también merecen estar. Pero nos parecía que había guías para hacer la selección, como lo generacional, nos decidimos por las que están más activas en este momento, no es una exposición revisionista. Propusimos el título fijándonos en que no hiciera referencia a una cita inmediata, sino a cómo habitamos hoy el mundo. Al aceptar las artistas, ellas decidieron si abordaban al tema de manera ilustrativa, pero al final lo que se demuestra es que cada una habita su espacio. Son 17 salas, todas las del museo, una para cada creadora. Y veremos pintura, gráfica, instalaciones, esculturas, performance en video, video-instalación, textiles, bordado y fotografía. Y ese día habrá un performance (accionismo) realizándose allí.”
3.Las participantes son: Patricia Couto, Itziar Giner, Pita García, Raquel Punto, Minerva Ayón, Gabriela Zubillaga, Dulce Villasana, Mafer Lara, Eunice Guerrero, Diana Tamez, Ana Rojas, Lilette Jamieson, Pamela Zubillaga, Larisa Escobedo, Tracy Jiménez, María Antonieta de la Rosa y Perla Ramos.
Finalmente, hay que decir que la muestra admite otra lectura: en la mayoría de los casos las expositoras, cuyas trayectorias son ya sustanciosas, se formaron en la Facultad de Artes de la UAEM, situación que contribuirá a seguir proyectando a la hoy tan atribulada institución, a nivel internacional.
La muestra estará colgada hasta el 28 de octubre y luego la subirán al Museo de Mujeres conocido como MUMA, un museo virtual independiente impulsado por Lucero González, (por favor lea allí el texto de presentación de Karen Cordero), lo cual me hace terminar esta colaboración semanal preguntándome si las mujeres que participamos en el complejo mundo artístico posmoderno seguimos sin tener una habitación propia. FIN
Por: María helena gonzález