Cuernavaca es una ciudad cosmopolita. O sea, una ciudad en la que conviven personas de diferentes lugares, con culturas diversas y abierta a las influencias culturales.
La capital del Estado de Morelos ha visto degradar su calidad de vida por varias razones, entre las que destaca el crecimiento poblacional, que ocasionó un crecimiento urbano desmedido y anárquico.

Un diagnóstico actualizado de la ciudad sería el punto de partida para definir qué tipo de ciudad queremos que sea. Existe una extensa literatura sobre ciudades contemporáneas que han logrado nuevos horizontes, independientemente del signo ideológico.
“El Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano, CIDEU, es una red de ciudades iberoamericanas que comparte y promueve la cultura del pensamiento estratégico urbano. Está conformada por 150 socios de 21 países: 122 ciudades y 28 entidades colaboradoras”. (cideu.org). Es una entidad cuya misión es acompañar a los gobiernos de las ciudades para la aplicación del pensamiento estratégico urbano y lograr ciudades sostenibles e inclusivas.

El CIDEU y la Diputación de Barcelona publicaron en 1999 el libro “La Estrategia de las Ciudades. Los Planes Estratégicos como instrumento: Métodos , técnicas y buenas prácticas”. Coordinado por Josep María Pascual i Esteve. Documento que da esperanza y guía a las agobiadas urbes contemporáneas ante un avasallador y descontrolado desarrollo urbano. Como el de Cuernavaca.
El documento plantea la importancia de la planeación estratégica y muestra cómo es posible obtener éxito cuando se aplica. La experiencia de Barcelona es el caso emblemático. También muestra el logrado por otras ciudades; explica y documenta cómo es posible realizar planes estratégicos siguiendo diferentes caminos. Se reconoce que cada ciudad tiene características particulares y debe crear sus propias estrategias. Se trata de “...buscar un nuevo modelo de desarrollo en que la creatividad y capacidad de innovación de las personas, empresas e instituciones, sean cada vez una fuente más importante de valor añadido urbano”.

Las políticas públicas deben ser capaces de articular la cooperación de todos los actores y encontrar las formas para organizarse en función de los intereses y demandas; encontrar fórmulas para una participación ciudadana activa y responsable.
En la experiencia de la ciudades exitosas, destacan dos elementos: la innovación y la participación ciudadana. El texto deja en claro que son factores indispensables cuando se trata de elaborar un plan estratégico exitoso.
Barcelona inició su primer plan estratégico en 1988 con la mira puesta en el año 2000. Modificó su centro histórico , remodeló su mercado , mejoró su transporte , sus áreas peatonales, y sus ofertas culturales, así como los servicios a su población y el fomento de la actividad económica. Le valió obtener el premio especial concedido por las Comunidades Europeas por el esfuerzo en el desarrollo de la planeación. Hoy, más de 50 ciudades europeas aplican la metodología utilizada en Barcelona.

Otras ciudades Iberoamericanas son ejemplos de buenas prácticas: Valencia, Montevideo, Bilbao, Málaga, Medellín, y Mérida, entre otras. Han logrado sortear las dificultades propias de un proyecto de gran calado. Bilbao, por ejemplo, planeó su vida cultural y social alrededor del río y del museo Guggenheim. Obtuvo varios premios de urbanismo, y el premio como mejor ciudad europea para vivir en el 2017. Querétaro, Pachuca, Mérida y otras ciudades mexicanas forman parte de la Red. Los resultados son tangibles y esperanzadores.

Cuernavaca tiene condiciones interesantes: excelente clima, cercanía con la CDMX, imagen internacional, historia, instituciones de educación superior de alto nivel. Sus debilidades: la delincuencia, los malos servicios municipales, deterioro ecológico y una sociedad fragmentada políticamente.

El camino hacia un Plan Estratégico para el desarrollo de Cuernavaca está plagado de baches (!) y trampas. No puede resolver sus deteriorados servicios de la noche a la mañana. Lo que sí puede hacer es iniciar la planeación con el concurso de su gente. Simultáneamente debe resolver en el corto plazo los asuntos que más afectan la vida cotidiana.

La convocatoria deberá ser amplía e incluyente para poder definir la ciudad que queremos. El 2030 está a la vuelta de la esquina. No perdamos el tiempo en las pequeñas diferencias y apoyemos al nuevo ayuntamiento sin mezquindades.
En otras ciudades se han creado institutos para coordinar los trabajos del Plan Estratégico. El presidente municipal convocó en su toma de protesta a la participación ciudadana. Entiende que nada es posible si no se incorpora a la sociedad.
No tengo duda. Cuernavaca puede ser, otra vez, pero con características nuevas, una gran ciudad. Una ciudad de la que podremos sentirnos orgullosos. Empecemos ya el Plan Estratégico “Cuernavaca 2030”. ¿Qué necesitamos?: Voluntad política.

Por: Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com


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