Parece una historia sacada de series de narcos de Netflix, pero en sí, fue real.
Una mujer se encargó de vengar la muerte de su esposo, dado que enamoró al narcotraficante que orquestó su asesinato, se ganó su confianza y luego lo entregó a las autoridades.
De acuerdo a las investigaciones, Rubén Darío Viloria, alias Juancho, era un "ciudadano normal" y anónimo para las autoridades. Incluso, era dueño de un comercio y trabajaba de manera responsable y legal.
Para los vecinos de Ciénaga de Oro, en el departamento de Córdoba, en Colombia, Viloria era un ciudadano cualquiera. Sin embargo, su vida paralela y oscura salió a la luz cuando la mujer reveló que era un importante narcotraficante de la Costa Atlántica.
Después de que Viloria matara a su esposo, la mujer orquestó un plan para vengarse del criminal. La viuda no planeó asesinar al narcotraficante, sino que quiso ganarse su confianza para luego delatarlo.
La viuda decidió acercarse a los círculos sociales de Viloria y comenzó a hablar con él. De un momento a otro, consiguió enamorarlo y se ganó su confianza con facilidad, de acuerdo con las autoridades.
Viloria estaba “rendido con sus deseos”, y la mujer se convirtió en su debilidad. Cuando la viuda tenía su confianza, consiguió evidencias de narcotráfico y lo entregó a las autoridades.
Las fuerzas de seguridad no brindaron la identidad de la mujer por razones de seguridad. Por su parte, aseguraron que Viloria era un hombre “despiadado” y con una “sed de poder incontrolable”, la cual lo llevó a asesinar a varios de sus socios.
A través de lanchas rápidas, este capo y sus hombres enviaban 1,5 toneladas de cocaína al mes hacia Centroamérica y los Estados Unidos, “por su experiencia se encargaba de recibir en Urabá, Antioquia, emisarios de organizaciones narcotraficantes de Panamá, Costa Rica y Honduras para coordinar la comercialización de estupefacientes”, aseguraron los investigadores. Luego de reunir suficiente material en su contra, las autoridades lograron una condena de 22 años y hasta una circular roja de Interpol.