La presidenta de la fundación Reinserta, Saskia Niño de Rivera Cover, informó que un bebé que fue encontrado muerto en el penal de Puebla fue robado en la Ciudad de México.

A pesar de que la activista dijo tener muy poca información del hecho, comentó que además, el bebé tenía una escisión en el abdomen.

Entrevistada por Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, Niño de Rivera lamentó que las autoridades de Puebla hayan tomado acciones hasta mucho después de que se reveló la información.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) anunció una investigación sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de un menor de edad, de aproximadamente tres meses, al interior de un contenedor de basura en el Centro Estatal de Reinserción Social (CERESO), en San Miguel, Puebla, hechos que repudió.

Por tal motivo, el organismo informó que solicitó medidas cautelares al subsecretario de Centros Penitenciarios de Puebla y a la Unidad Especializada de la Fiscalía General de la entidad, a fin de que se colabore con la indagatoria para esclarecer los hechos, se garanticen los derechos humanos y se refuercen los controles de vigilancia, revisión e ingreso en el CERESO. 

Cómo se dio el hallazgo

Según la activista, el menor ingresó en una visita familiar al Centro de Reinserción Social de San Miguel, pero un preso fue quien encontró el cuerpo del bebé en un bote de basura.

Explicó que "el bebé no vivía en el penal, ingresó, venía de visita, se sospecha que murió adentro del penal, no especifican si murió asesinado, sólo reportan que tenía una herida en el abdomen".

La activista cuestionó a las autoridades que vigilan el penal al permitir su ingreso, y no haber actuado al no registrar su salida.  "Por pura coincidencia un interno encontró el cuerpo del bebé en un basurero".

"Nunca habíamos visto algo así", dijo Niño de Rivera en entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula.

Pudeo haber sido sustraído de anfiteatro

El cuerpo del bebé encontrado al interior del Cereso de Puebla podría haber provenido de un anfiteatro en la Ciudad de México, pues no se cuenta con denuncias de desaparición o secuestro de menores de edad con las características que presenta el infante encontrado sin vida el pasado 10 de enero.

Según fuentes de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México, al no encontrar registros que demuestren el origen del bebé, o su cuerpo sin vida, en el estado de Puebla, la investigación se extendió a la Ciudad de México, entidad en la cual se revisarán los datos de los servicios forenses.

“La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) informa que, tras el hallazgo del cuerpo de una persona menor de edad en el estado de Puebla, inició una investigación para determinar si el cadáver del bebé fue sustraído de algún anfiteatro de la Ciudad de México, ya que al momento no se cuenta con denuncia alguna sobre un hecho similar”, informó la dependencia en una tarjeta informativa.

Saskia Nieto de Rivera, fundadora de la organización Reinserta, exigió a las autoridades esclarecer la presunta sustracción del cuerpo del infante en la capital del país, pues la información de este suceso habría trascendido este lunes 20 de enero, así lo expresó mediante sus redes sociales:

“Ya sabemos que se robaron al bebé encontrado en el penal de Puebla de la CDMX. Es importante que Ernestina Godoy informe cómo se pudieron haber robado un bebé de un hospital o morgue para que acabara en un basurero de Puebla”, escribió la activista en su cuenta de Twitter.

A la petición de Nieto de Rivera se sumó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), organismo que emitió una petición formal a la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) para colaborar con las autoridades de los estados cercanos y así dar con los responsables del tráfico del cuerpo sin vida de un menor.

Los activistas que siguen el caso han encontrado diversas irregularidades en el caso, pues de acuerdo a información del gobierno estatal de Puebla, estaban prohibidas las visitas de menores al Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, lo cual se estipuló desde el inicio de la contingencia sanitaria por el virus de Covid-19, a mediados del año 2020.

Además, el protocolo de ingreso de infantes al penal marca como obligatoria la entrega de una copia del acta de nacimiento del menor a las autoridades del reclusorio, así como la firma de una responsiva que es necesaria para que se permita su visita; documentos que no fueron obtenidos por las autoridades del centro penitenciario.

Debido a esto, se ha sospechado de una presunta colaboración de autoridades del Cereso en el caso, pues las interrogantes que se hacen alrededor del tema, apuntan a una presunta responsabilidad de actores externos e internos al penal.

Hasta el momento, las organizaciones de derechos humanos que reclaman a las autoridades poblanas han exigido que se presenten los registros de ingreso y egreso al penal, las causas de su admisión a pesar de la actual situación sanitaria y detalles sobre el cuerpo sin vida del menor.

El bebé fue encontrado sin vida en un basurero del penal el pasado 10 de enero y presentaba una herida en el abdomen, presuntamente provocada por una cirugía, pero también se sospecha que pueda haber sido realizada para introducir droga al interior de su cuerpo y utilizarlo como mula para trasladar las sustancias el interior del penal.

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