México se posiciona como uno de los diez países a nivel global con mayor generación de residuos electrónicos, una problemática creciente que en 2022 sumó 62 mil millones de kilogramos a nivel mundial, según un reciente análisis. Nuestro país ocupa el décimo lugar en esta lista, lo que subraya la urgencia de adoptar prácticas de consumo y desecho más responsables.
Heberto Ferreira Medina, especialista del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, enfatiza la dualidad de la tecnología: si bien ofrece múltiples ventajas, muchos de sus componentes son intrínsecamente nocivos para el medio ambiente. La falta de conciencia pública sobre la disposición adecuada de estos desechos es un factor crucial que agrava la contaminación global. La basura electrónica se clasifica en seis tipos principales, que van desde refrigeradores y pantallas hasta equipos de telecomunicaciones.
El problema se intensifica con la rápida obsolescencia programada y la tendencia de los países desarrollados a la renovación constante de dispositivos móviles. Este ciclo contribuye a que gran parte de los residuos electrónicos terminen en tiraderos a cielo abierto, donde la exposición a elementos naturales provoca la liberación de lixiviados tóxxicos. Estos contaminantes, ricos en metales pesados, se filtran en el subsuelo, afectando mantos freáticos y ríos, y generando problemas de salud irreversibles.
Las cifras son alarmantes: la cantidad de basura electrónica ha crecido casi cinco veces más rápido que la capacidad oficial de reciclaje. Se proyecta que para 2030, la generación global alcance los 82 mil millones de kilogramos. En este panorama, China, Estados Unidos e India lideran la producción de estos desechos, mientras que México, con 1.5 mil millones de kilogramos, es el tercer generador en el continente americano. Cada mexicano produce, en promedio, 12 kilogramos de basura electrónica al año, lo que se traduce en 1.5 millones de toneladas para 2025, una cantidad equivalente a llenar de cinco a seis estadios Azteca.
La legislación mexicana actual, como la NOM-161-SEMARNAT-2011, ha quedado obsoleta frente a la magnitud del desafío. Ante esta situación, se propone prolongar la vida útil de los dispositivos y fomentar una economía circular, en la que las empresas asuman la responsabilidad de recolectar y reutilizar los componentes de los aparatos. Iniciativas como los "reciclatrones", organizados por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y diversas instituciones educativas, incluida la UNAM, son vitales para la recolección y el reciclaje adecuados de estos materiales. El próximo evento de Reciclatrón está programado para el 30 y 31 de mayo en el Parque del Mestizaje de Indios Verdes.