Hace 12 años nació una de las historias de amor más extraordinarias de la música moderna: BTS y su ARMY.
Un 9 de julio de 2013, el grupo surcoreano anunció oficialmente el nombre de su base de fans. Desde entonces, ARMY no ha dejado de crecer, soñar y transformar al mundo junto a sus siete integrantes: Jin, RM, SUGA, J-Hope, Jimin, V y Jung Kook.
Más que un fandom, ARMY es un ejército de amor, resiliencia y propósito. En todos los rincones del planeta, millones de personas han encontrado consuelo, motivación y fuerza a través de la música de BTS, y han devuelto ese cariño con acciones reales.
Un fandom que trasciende generaciones
ARMY no tiene edad, género, ni fronteras. En sus filas hay niñas de primaria que dibujan a sus “oppa”, mamás que traducen contenido, papás que acompañan a sus hijas a conciertos, abuelas que cantan “Spring Day” y médicos que escuchan “Magic Shop” entre cirugías.
Hay ARMY en cada rincón del mundo, y cada uno tiene una historia que contar.
Desde celebridades como Halsey, Emma Stone o John Cena, hasta fans anónimos que hacen proyectos comunitarios, todos tienen algo en común: el profundo respeto y admiración por lo que BTS representa.
Un impacto que va más allá del K-pop
Durante estos 12 años, ARMY no solo ha batido récords digitales:
- Colocaron a BTS en la cima de Billboard, YouTube, Spotify y Guinness.
- Inundaron Twitter, TikTok y Weverse con tendencias globales en segundos.
- Organizaron campañas sociales en nombre de los chicos.
- Donaron millones de dólares para causas humanitarias, ambientales y educativas.
- Respaldaron la campaña Love Myself con UNICEF, convirtiéndose en parte activa de la lucha contra la violencia infantil.
Amor que cura, amor que acompaña
Quizá lo más poderoso de ARMY no sean los números, sino la manera en que transforma la vida de quienes lo integran. Gracias a BTS, miles de personas han comenzado a amarse, a buscar ayuda, a sanar traumas, a expresar sus emociones y a sentirse menos solas.
BTS enseñó que el amor propio es una revolución silenciosa. Y ARMY lo convirtió en una ola imparable.
Porque en este viaje no han sido solo canciones ni conciertos…
Han sido lágrimas compartidas, abrazos virtuales, sueños que se tejieron al ritmo de una melodía y promesas que cruzaron océanos.
Y aunque el tiempo pase, aunque la distancia se interponga, aunque las etapas cambien…
El amor entre BTS y ARMY seguirá siendo eterno.