Su consumo es saludable, económico y tiene un bajo impacto para el medio ambiente.
En algunas comunidades comparten recetas y preparaciones autóctonas; colocando chapulines en una olla de barro con trozos de cebolla y un poco de limón, posteriormente se colocan en un comal de leña y se les agrega sal de mar, convirtiéndose en un manjar exquisito que puedes preparar tacos o quesadillas.
Resaltar
“Los grillos tienen más proteínas de la que pensamos; según un informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONU), estos insectos son el alimento del futuro”.
Su cultivo es una fuente de proteína más amigable con el medio ambiente, los insectos puedes ser criados en mayores densidades y necesitan 2000 mil veces menos agua que una vaca para producir la misma cantidad de proteína, además de producir menos gases de efecto invernadero y amoniaco.
Nutrimentalmente el consumo de insectos aporta una cantidad importante de proteínas y es baja en grasas, razón por la que su consumo se ha extendido en varias partes de mundo. Actualmente, incluso existen algunas granjas destinadas a la crianza de insectos como hormigas, grillos y gusanos.
De acuerdo con Jessica Segovia, estudiante de Nutrición de la Universidad del Valle de México (UVM), un grillo común aporta 69 gramos de proteína por cada 100 gramos, en comparación con los 22 gramos que aporta la carne