¿Cuánta prisa llevas que ni quieres saludar? Parece que te estuvieran persiguiendo algunos cobradores- exclamó Paco al ver a su amigo correr hacia el mercado gritándole al chofer de un camionzote que bajaba por el boulevard Benito Juárez. Tomas no lo pudo alcanzar y se sentó en la banca del Jardín Juárez a tomar un poco de aire.

Es que tenemos una semana que no llegan los tanderos a la colonia y ya está a punto de acabarse el agua. Ahora tenemos que comprar lo de una pipa de 8 mil litros, que nos repartimos entre 3 o 4 vecinos porque es mucha agua para una sola casa, y cuesta un dineral.

Pero viviendo en Cuernavaca, donde es una de las ciudades que más agua tiene en el centro del País, ¿cómo es que no hay agua o está muy escasa? Preguntó Juanito que venía de Jiutepec. Si estamos pegados ciudad con ciudad.

Ramiro comentó que en el norte de Cuernavaca se reciente más la falta de agua en tiempo de secas, aunque los mantos friáticos bajan por el Ajusco, los pozos de agua que tienen las grandes empresas no dejan que llegue el líquido hasta las colonias del poniente y de casi todo el centro.“Pero si para eso está SAPAC, quien debe regular la distribución del preciado líquido; con echarle una llamada tienes”, razonó Juanito.

Ya les hablamos y no contesta nadie. Cuando logramos conectarnos con ellos, nos prometen que van a mandar una pipa sin costo para repartirla entre varios colonos. Y en efecto sí llega pero hasta tres días después, en que ya pagamos 800 pesos por alguna pipa que esté en línea de su propio pozo, se quejó.

¿Pues quién maneja el agua, la Sapac, el gobierno, los particulares o los líderes de las reparticiones para las pipas de sus agremiados?, porque la Sapac, que es del Municipio, hace y deshace lo que le venga en gana. A los únicos que no puede controlar son a los de la CocaCola quienes tienen su propio pozo, donde sacan agua para llenar sus refrescos azucarados, sus botellas con agua “purificada”, los garrafones que venden a las tienditas de abarrotes a más de 150 pesos,  a 33 pesos el líquido y que ellos tienen que revender a los particulares a 35 pesos por lo menos. Y además por ese uso y servicio, no pagan un centavo de impuestos a la hacienda pública, aunque sí dan su buen dinero por debajo de la mesa.

¿De quiénes son esas pipas, las que compran de los pozos a cien pesos el agua y la revenden a los particulares a 800 pesos o es negocio de la Sapac con los líderes de sindicato? Porque hasta donde yo sé, tienen varios sindicatos y uno de los más fuertes es el que ha dirigido Guillermo Díaz, el que se ha arreglado con el ayuntamiento en la compra de permisos (de palabra), estos los que reparten entre los piperos, los que le tienen que entrar con su corta y los piperos las cobran a lo que los clientes se dejen o según la temporada. Si es de secas las cobran al público al precio que quieran, pero si es para una cisterna grande o para una alberca, el precio varía.

También hay piperos fantasmas que trabajan sin permisos, sin oficina y sólo venden el agua a través de una llamada telefónica. Para eso traen los números de teléfonos en la parte trasera de las pipas, sin dirección alguna y con el nombre de Servicio Express González Ruíz, con los números de teléfonos particulares de las “oficinas” y dos números de celulares todos de  Cuernavaca (777). Lo peor de todo es que traen pintado o sobrepuesto el logo de SAPAC a los costados de la pipa con la leyenda “agua potable gratuita para la ciudadanía”, con capacidad de 8, 10, 16, y hasta 20 mil litros de agua potable. Vendiendo el agua de los pozos en donde cargan que debía manejar el Ayuntamiento en forma gratuita, en beneficio de la población cuernavacense.

Ramiro recordó que por otro lado, el presidente municipal se queja de que la Compañía Federal de Electricidad (CFE) les corta la energía y sus bombas no tienen capacidad para subir el agua a la red, por lo que solamente las compañías dueños de sus propios pozos, pueden extraer su propia agua mediante otra “pequeña” cooperación para que con sus propias bombas estas empresas particulares puedan extraerla.

La explicación que nos ha dado la CFE es que el Ayuntamiento tiene un adeudo de más de cuatrocientos millones con la Compañía y que se niega a pagar, mientras las autoridades municipales explican que la gente en las colonias de bajos recursos no quieren pagar el servicio del agua potable y eso ha hecho que la Sapac no tenga dinero para pagar el adeudo que viene arrastrando desde el tiempo de administraciones pasadas; y como el Gobierno del Estado no les quiere ayudar en liquidar ese adeudo, pues se quedan sin energía y no hay forma de entregar el agua al resto de la ciudad. Intervino Manolo quien tenía un amigo que trabajaba en Sapac.

Pues yo ya busque por todas partes y el que me debería vender la pipa de agua, pasó por mi casa y se fue de largo, a pesar que yo le había dado 250 pesos adelantado para que les diera a mis vecinos lo que quedara de agua de los 8 mil que traían y yo necesitaba unos 3 mil para mi cisterna y uno para el tinaco, para que el resto del agua lo repartiera a mis amistades de la cuadra, concluyó diciendo con coraje el joven Tomas, mientras sus amigos se reían de él. ¿Y tú que piensas que podamos hacer  para conseguir el agua que ya habías contratado?, porque las cosas no se van a quedar así, el que se hayan burlado de ti al no recibir nada. 

 

Avísale al Ayuntamiento y de seguro mandarán llamar al pipero. Lo que creo, continuó Juanito, es que le cayó otro cliente que le pagaba más que tú y te dejó colgado para hacer ese viaje, pero vamos todos a buscarlo donde cargan. Yo te aseguro que te la va a reponer de inmediato o por lo menos te regresara el dinero. Si quieres vamos los tres a verlos y así nos enteramos de su nombre, número de pipa o podremos hablar con los encargados de ese pozo, dijo Juanito a nombre de sus compañeros.

 

Y así, mientras los amigos iban a ver a los de Sapac, donde no pudieron ni llegar de tanta gente sin agua, Tomas se fue a su casa a ver si ya había llegado la pipa, pero se encontró que el agua ya  entraba de la calle. “La cisterna y el tinaco ya estaban casi llenos. Ya tenemos tu dinero y al tipo lo van a castigar. 

Que pena que pasen estas cosas Cuernavaca está tan amolada, dijeron los cuatro amigos y se olvidaron del asunto.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

 

 


CARTA AL DIRECTOR

Respecto de la columna de opinión Análisis Político, de la autoría de Rafael Benabib, publicada el 2 de mayo, el c. Guillermo Díaz Ruiz aclara:

En primer lugar, que no estoy afiliado a ningún sindicato, ni dirijo sindicato alguno como se hace mención. Sí contamos con una asociación civil registrada desde el año 1973, que es un derecho constitución de agrupación para la mejora de la prestación del servicio y representación de nuestro gremio en ramo, y años más tarde el estado nos otorgó las concesiones de transporte público.

También aclarar, que en ningún momento se han tenido acuerdos de palabra sobre permisos con el ayuntamiento (ya que no es la autoridad competente para otorgar permiso de transporte público o prestar un servicio) en forma personal ni con la asociación a la que pertenezco; pero sí hacer mención que el organismo SAPAC sí ha contratado camiones que no pertenecen a nuestro gremio y que no pueden prestar un servicio público, ya que no cuentan con una concesión y cuentan con placas particulares o permisos. Haciendo hincapié que nuestra agrupación ha manifestado y siempre ha apoyado a este organismo desde hace más de 25 años en contingencias. Pero en esta administración nos han hecho a un lado provocando problemas en nuestro trabajo, por beneficiar a estas personas.

Referente a los costos del agua, le aclaro, que compramos los vales con anticipación en las oficinas de SAPAC para poder cargar y podemos comprobarlo con facturas. Lo que mencionan de los cien pesos, los invito a que soliciten información del costo que nos da el SAPAC.

Guillermo Díaz Ruiz. 

Rúbrica.


 

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