Durante años se ha difundido la idea de que las tortillas de maíz engordan. Sin embargo, este es un mito que no toma en cuenta la verdadera composición y valor nutricional de este alimento básico en la dieta de millones de personas.
Un alimento bajo en calorías
La tortilla de maíz, en su forma tradicional, es baja en calorías. Una pieza promedio aporta entre 30 y 60 calorías, dependiendo de su tamaño y preparación. No contiene grasas saturadas, azúcares añadidos ni ingredientes procesados, por lo que no puede considerarse un alimento que por sí mismo provoque aumento de peso.
Rica en nutrientes y fibra
Este alimento es una buena fuente de fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y prolongar la sensación de saciedad. Además, contiene vitaminas del grupo B, como la B1, B3 y el ácido fólico, así como minerales como magnesio, fósforo y zinc. También puede aportar antioxidantes y compuestos bioactivos que benefician la salud metabólica.
¿Entonces por qué se le culpa?
El aumento de peso no se debe a la tortilla en sí, sino al contexto en el que se consume: exceso de porciones, acompañamientos altos en grasas o azúcares, y falta de actividad física. La clave está en el equilibrio. Consumida con moderación y como parte de una dieta variada, la tortilla de maíz no representa un riesgo para el peso corporal.
¿Cuántas se pueden comer?
El número de tortillas recomendadas varía según la edad, el sexo, el nivel de actividad física y las necesidades calóricas de cada persona. En una alimentación saludable, puede incluirse varias veces al día sin consecuencias negativas, siempre que se respeten las porciones y se combinen con alimentos frescos y nutritivos.

