Una de las siete tribus aztecas, fueron conocidos como los tlahuicas, se establecieron en el valle poniente del hoy estado de Morelos, su capital era Cuauhnáhuac hoy Cuernavaca. 
Las poblaciones mayores tenían cuatro barrios cada una, con cuatro niveles de organización; la célula era la casa familiar o calli; el ithaualli que era un conjunto de casas de una misma familia alrededor de un patio; el barrio con sus terrenos de siembra era el calpulli; y el altepetl era el pueblo. El 62 por ciento de los hombres casados eran propietarios comunales y pagaban tributos. El 36 por ciento de los casados rentaba tierras del tlatoani o jefe principal, y el dos por ciento servía de criados para cultivar, regar, moler, tejer, acarrear agua, leña, hacer comida, también había esclavos capturados en esporádicas guerras llamadas floridas, pactadas previamente entre dos tribus, solo para tomar prisioneros o sacrificarlos para los dioses.
Antiguas crónicas de principios de la época colonial nos dicen: 
Son hombres de mediana estatura, robustos, ojos grandes, pocos son crespos y no bien barbados porque se arrancan los pelos para que no nazcan. Algunos blancos hay, que se tienen por maravilla. Los señores caballeros ricos llevan adornos de oro y piedras finas al natural y talladas, calzan zapatos como alpargatas y paños blancos por bragas [calzón]. Visten una manta -tilma- cuadrada blanca anudada al hombro; los ricos en días de fiesta llevan muchas mantas de colores, los demás van desnudos. Se dan a la sexualidad de manera abierta y hasta pública, se casan a los veinte años. Se permite tener varias mujeres en su casa -una era la principal- pero el adulterio es castigado, pues se cree que produce desequilibrios entre la comunidad y el Cosmos, y que los trasgresores provocan desgracias, como la pérdida de cosechas o la muerte de niños. -La embriaguez se castigaba hasta con la pena de muerte. Sus leyendas hablan de la unión de mujeres con jaguares.
Pueden dejar a sus mujeres, mas no sin causa. Son celosísimos y las aporrean mucho. No llevan armas más que en la guerra. Compran y venden a toma y daca –trueque-. Tienen ingenio, habilidad y sufrimiento en lo que hacen. Son mansos, lisonjeros y obedientes, especialmente con los señores reyes. Religiosísimos sobre manera. Se dan mucho a la carnalidad públicamente sin pena ni vergüenza. 
Son las mujeres de color y gesto que sus maridos. Van descalzas, llevan camisas de medias mangas y lo demás anda descubierto. Se casan a los catorce años. Crían largo él cabello. Las casadas se lo rodean a la cabeza con un nudo en la frente, las vírgenes y por casar lo llevan suelto y echado atrás y adelante. Se pelan y untan todas para no tener pelo solo en la cabeza y cejas; y tienen esto por hermosura, así como tener frente pequeña y llena de cabello. Se casan de los diez a catorce años y son lujuriosísimas. Paren pronto y mucho. Presumen de grandes senos y así dan leche a sus hijos cargándolos por las espaldas. Se adornan el rostro con leche de pepitas o de hueso de mamey, aunque más lo hacen para no ser picadas por los mosquitos. Se curan con hierbas y hechicerías y así abortan muchas en secreto. Se lavan mucho y entran en baños fríos y saliendo en baños calientes, que parece dañoso. Son trabajadoras de miedo y obedientes. Hilan teniendo el copo de algodón en una mano y el huso en la otra, no tienen rueca más hilan de prisa y no mal. 
Viven los casados en una casa, o por estar juntos los hermanos y parientes que no parten las herencias. Tienen hachas, barrenos y escoplos [cuchillas] de cobre mezclados con oro y plata. Pintan las paredes por alegría. Los ricos usan telas de algodón en las paredes con muchas figuras y plumas de colores, que es lo más rico y vistoso, mientras que lo corriente son las esteras [petates] de palma sutilísimas. No hay puertas ni ventanas que cerrar, todo está abierto y es por eso es que castigan tanto a los adúlteros y ladrones. Se alumbran con tea y otros palos teniendo cera, que no es poco de maravillar. Tienen silletas bajas con respaldo de palma. Comen poca carne, tocino y puerco fresco. No quieren ni cordero ni cabrón, porque les huele mal. Cosa digna de notar, comiendo cuantas cosas hay vivas, su principal alimento son el centli (maíz] y chile; y su bebida ordinaria es el agua y el atulli” o atole. 

Siembran y se abastecen de maíz, frijol y chile que consumen todo el año (como hasta hoy), es todo un ritual que se da en la primavera. Consumen diferentes animales silvestres de tierra, aire y agua, así como sus huevos. Producen algodón y telas, papel amate, con ambos pagan tributos, no tenían medidas de peso ni moneda metálica, teniendo mucho oro y plata, en su lugar usaban el cacao, con el que hacían un vino -chocolatl- que era el mejor y no emborrachaba. Carecían del uso del hierro habiendo grandísimas minas para ello. No hacían vino de uvas habiendo vides. Carecían de bestias de carga y de leche, conocían la rueda pero solo la usaban en juguetes. No tenían más letras que las figuras.

P.D. Hasta el otro sábado
 

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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