La decisión del director del FBI, James Comey, de reabrir la investigación sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton durante su gestión como secretaria de Estado materializó los temores de la campaña demócrata sobre un fenómeno conocido como "La sorpresa de octubre".

Aunque durante semanas el fundador de WikiLeaks, Julian Asange, advirtió de una sorpresa antes de las elecciones, a partir de información contenida en los correos robados al director de campaña de Clinton, John Podesta, y que el portal ha venido dando a conocer a cuenta gotas en días recientes.

La sorpresa empero derivó de la investigación separada que el FBI conduce en torno a los mensajes de contenido sexual enviados por el excongresista demócrata Anthony Weiner a una joven menor de edad.

Weiner está casado con Huma Abedin, el brazo derecho de Clinton, y quien desde que la existencia de estos mensajes fue revelada, se separó del exlegislador que años atrás buscó sin éxito la nominación de su partido para contender por la alcaldía de Nueva York.

El inesperado y sorpresivo anuncio de Comey, a 11 días de las elecciones del 8 de noviembre reafirmó la noción de que durante las contiendas presidenciales, octubre es un mes de enorme expectativa por lo que pueda traer para los candidatos.

Julian Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos de la Universidad de Princeton, pareció anticipar la tormenta provocada por el anuncio de Comey, en una pieza de opinión publicada en septiembre pasado en el portal de la televisora CNN.

En una campaña donde lo inesperado se ha convertido en la norma, los dos partidos, pero en especial los demócratas, sospechan que el mes próximo podría traer revelaciones impactantes, escribió entonces.

Aunque de acuerdo con algunos historiadores, el término sorpresa de octubre fue acuñado por William Casey, durante la campaña presidencial de Ronald Reagan en 1980, los eventos en la víspera de elecciones, creados de manera deliberada o de ocurrencia inesperada, no son tan recientes.

En octubre de 1968, el entonces presidente Lyndon B. Johnson, anunció un cese unilateral de la campaña de bombardeos de Estados Unidos en Vietnam con la expectativa de alcanzar un acuerdo de paz con los comunistas.

Con ese anuncio, Johnson buscó impulsar la campaña del candidato presidencial demócrata, el vicepresidente Hubert Humprey, quien pese a ello terminó perdiendo ante el republicano Richard M. Nixon.

Cuatro días antes de las elecciones presidenciales de 1992, el exsecretario de Defensa, Gaspar Weinberger, fue acusado de mentir durante la investigación del escándalo Irán-Contra, durante la presidencia de Reagan.

El encauzamiento no sentó bien para la campaña del entonces presidente George H. Bush, quien sirvió como vicepresidente de Reagan, y aunque algunos expertos estimaron que la revelación influyó en la derrota de Bush ante Bill Clinton, la mayoría coincide que fueron varios factores los que incidieron, incluyendo la recesión económica que vivía el país.

En 2000, con apenas días para que los estadunidenses acudieran a las urnas, se reveló que el entonces candidato presidencial republicano, George W. Bush, había sido detenido en 1976 en el estado de Maine, conduciendo en estado de ebriedad.

Bush confirmó el reporte durante una conferencia de prensa, y en ese caso no está claro el efecto que ese revelación en una contienda que final fue decidida por la Suprema Corte de Justicia, tras su fallo para detener el recuento de votos en la Florida pedido por la campaña de Al Gore.

En fechas más recientes, la sorpresa de octubre fue consecuencia de hechos naturales, como el huracán Sandy, que causó enorme destrucción en la costa noreste, particularmente el estado de Nueva Jersey.

El desastre ofreció una oportunidad al presidente Barack Obama para reafirmar su imagen de líder del país, al visitar Nueva Jersey y ser recibido en las escalinatas del avión presidencial por el gobernador republicano Chris Christie.

No está en claro si esa imagen ayudó a impulsar la campaña de Obama ante el republicano Mitt Romney, aunque expertos hicieron notar el repunte en el apoyo de los electores a su favor después de los debates presidenciales.

De acuerdo con Zelizer, amén de las sorpresas, no se puede pasar por alto que los dos principales candidatos en esta elección son impopulares, y si las encuestas continúan estrechándose, esto elevará enormemente los incentivos para activistas políticos en ambos lados" para ganarse el apoyo del electorado.

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