Desde hace más de medio siglo, entre los edificios de la UNAM se arrastra una historia que mezcla miedo, misterio y conspiración: la leyenda de la mujer perro, una figura enigmática que supuestamente ha sido vista desde 1968 y que —dicen algunos— aparece justo antes de que algo malo suceda.
¿Guardiana, aparición sobrenatural o simple invención estudiantil que se salió de control? Lo cierto es que su historia ha sobrevivido generación tras generación, corriendo por pasillos, baños y facultades como un secreto a voces en Ciudad Universitaria.
Todo comenzó en 1968...
La versión más antigua señala que durante los días más tensos del movimiento estudiantil del 68, una joven se escondía en un baño de CU cuando escuchó el jadeo de lo que parecía ser un perro. Pero al asomarse, notó que la criatura iba vestida. Y entonces lo más perturbador: el perro estaba de pie... pero luego cayó en cuatro patas, dejando caer su ropa, como si se tratara de una mujer transformándose.
Desde entonces, muchos aseguran haberla visto. La describen como una mujer delgada, piel morena, cabello largo y negro, voz baja y un vestido —que a veces es morado—. Siempre caminando en cuatro patas, con movimientos erráticos y perturbadores.
¿Mito urbano o ente sobrenatural?
Se le ha visto en las facultades de Ciencias, Filosofía y Medicina, e incluso en los alrededores del Anfiteatro. Algunos testimonios recientes aseguran que su presencia se siente como un aviso, una advertencia antes de algún evento desafortunado.
La leyenda ha cobrado nueva vida gracias a redes sociales y podcasts de lo paranormal, donde su caso ha sido retomado con nuevos detalles. Muchos estudiantes bromean sobre ella, pero otros prefieren no pasar solos por los pasillos por si acaso...
¿La mujer perro existe? ¿Es un símbolo del trauma colectivo de 1968, una especie de protectora espectral, o solo un buen cuento de pasillo universitario? Lo cierto es que en la UNAM, hay quienes todavía bajan la voz cuando hablan de ella... por si los jadeos regresan.