Morelia, Michoacán.– En un giro escalofriante que revela la brutal disciplina interna del crimen organizado, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) castigó a al menos tres de sus sicarios por no concretar un atentado contra el exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, apenas dos días antes de su asesinato. El hecho, ocurrido el 30 de octubre en una gasolinera de Uruapan, expone la meticulosa planificación y la presión implacable que ejerce la célula criminal en Michoacán, un estado azotado por la violencia narco. Esta revelación surge de la investigación federal, que ha desmantelado parte de la estructura responsable del homicidio de Manzo el 1 de noviembre, durante el Festival de las Velas.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, detalló en una entrevista con Azucena Uresti el viernes 20 de noviembre que los sicarios, al fallar en su misión inicial, recibieron "castigos físicos" que incluyeron golpes, agresiones violentas y encierros prolongados de varios días.
Estos correctivos, aplicados por la propia célula del CJNG, no solo sirvieron como reprimenda, sino como catalizador para el segundo y fatal ataque. "No lograron cometer el homicidio y fueron castigados por la célula delictiva", explicó Harfuch, quien enfatizó que la orden provenía de altos mandos: "Dispararle a como dé lugar".
El Intento Fallido: Ubicación en una Gasolinera y la Frustración del Cártel
El 30 de octubre, alrededor de las 18:00 horas, los sicarios de la célula del CJNG –operativa en municipios como Uruapan y Paracho– identificaron a Manzo en una gasolinera de la zona urbana de Uruapan. Según el análisis de dispositivos incautados, los agresores enviaron fotografías y coordenadas al grupo de mensajería instantánea utilizado para la coordinación, donde se compartían rutas, horarios y transmisiones en vivo de Manzo en redes sociales.
Sin embargo, el ataque no se concretó por razones aún no esclarecidas por las autoridades: posiblemente por la presencia de testigos, fallos en la logística o una intervención imprevista de la seguridad del alcalde. Esta falla desató la ira interna del cártel. Los implicados directos –Víctor Manuel 'N', de 17 años, quien sería el autor material del segundo atentado; Fernando Josué 'N', de 25 años; y Ramiro 'N', de 26 años, instructor del grupo y responsable de entrenamientos en manejo de armas– fueron sometidos a sanciones inmediatas.
Ramiro 'N', con antecedentes por portación ilegal de armas de fuego, era el encargado de aplicar estos castigos, que incluían golpizas y aislamiento para "disciplinar" a los reclutas, muchos de ellos menores de edad con perfiles de vulnerabilidad como consumo de metanfetaminas.
La presión escaló: Jorge Armando 'N', alias 'El Licenciado', presunto autor intelectual detenido el 19 de noviembre en Morelia, transmitió las órdenes directas desde un chat grupal, exigiendo ejecución "aun acompañado".
El fracaso del 30 de octubre no fue un incidente aislado. Manzo, alcalde independiente de Uruapan desde enero de 2025, había declarado públicamente la guerra al CJNG. En julio, lideró operativos que desmantelaron un centro de adiestramiento para sicarios en las afueras de Uruapan, capturando a 12 sospechosos y decomisando 50 armas largas, 840 minas y drones explosivos.
Además, su administración impulsó denuncias contra extorsiones en el "corredor del aguacate", región codiciada por el cártel por su control sobre producción y exportación de limón y aguacate.
Fuentes de inteligencia federal vinculan el móvil al apoyo de Manzo en la detención de "El Rino", operador clave del CJNG, semanas antes del atentado.
De la Reprimenda a la Ejecución: El Segundo Ataque y sus Consecuencias
La "furia" del CJNG se materializó el 1 de noviembre, durante el Festival de las Velas en la Plaza de los Mártires de Uruapan. A las 20:10 horas, Víctor Manuel 'N' se acercó a pie al alcalde –quien transmitía en vivo por Facebook con su familia– y disparó siete veces con una pistola calibre 9 mm, la misma ligada a tres homicidios previos en octubre (dos el 16 y uno el 23).
Manzo, herido en tórax y abdomen, falleció a las 20:50 horas en un hospital local.
El agresor fue sometido por escoltas municipales, pero abatido con un disparo en la cabeza en circunstancias bajo escrutinio.
Tras el crimen, la célula intentó borrar evidencias digitales y huir por rutas preestablecidas. Sin embargo, el 10 de noviembre, Fernando Josué 'N' y Ramiro 'N' fueron hallados sin vida en la carretera Uruapan-Paracho, a la altura de Capácuaro, con signos de ejecución: presuntamente ordenada por el cártel para silenciarlos y frenar la investigación.
Uno de ellos era menor de 16 años, destacando el reclutamiento infantil en el CJNG.
Las detenciones han avanzado: 'El Licenciado' fue aprehendido el 19 de noviembre en Morelia, junto a un cómplice que facilitó la fuga de sicarios en taxi.
Este operador, ligado directamente a Ramón Ángel Álvarez Ayala, alias 'El R1' –segundo al mando del CJNG bajo Nemesio Oseguera Cervantes, 'El Mencho'–, coordinó el pago prometido a los sicarios: apenas 50 mil pesos (25 mil por cabeza), que nunca se materializó.
El 20 de noviembre, cayó un segundo implicado, y el 21, siete escoltas municipales de Manzo fueron detenidos por omisión en el homicidio, acusados de no prevenir el ataque pese a su proximidad.
El operativo, en la Casa de la Cultura de Uruapan, involucró a la Guardia Nacional, el Ejército y la Fiscalía estatal.
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Víctor Manuel 'N' (17 años) |
Autor material |
Abatido el 1/11 |
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Fernando Josué 'N' (25 años) |
Acompañante y vigilante |
Ejecutado el 10/11 |
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Ramiro 'N' (26 años) |
Instructor y castigador |
Ejecutado el 10/11 |
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Jorge Armando 'N' ('El Licenciado') |
Autor intelectual |
Detenido el 19/11, en El Altiplano |
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Ramón Ángel Álvarez ('El R1') |
Ordenante superior |
prófugo, objetivo prioritario |
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7 escoltas municipales |
Seguridad de Manzo (omisión) |
Detenidos el 21/11 |
Repercusiones: Indignación y un Estado Bajo Asedio
El asesinato de Manzo –el séptimo alcalde michoacano ultimado desde 2022– ha desatado protestas en Morelia y Uruapan, con estudiantes exigiendo justicia y un "plan por la paz" federal.
La viuda, Grecia Quiroz, ahora alcaldesa suplente, recibe protección del Ejército y ha cuestionado posibles "incomodidades políticas" con Morena, aunque las autoridades descartan nexos políticos y apuntan al narco.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha prometido más cateos y un fortalecimiento de la estrategia conjunta con la Federación.
En redes como X (antes Twitter), el caso genera revuelo: usuarios como @JucaNoticias destacan los castigos del CJNG, mientras perfiles locales como
@evodio33 vinculan el crimen a la resistencia de Manzo contra el cártel. En Facebook, publicaciones acumulan miles de interacciones, enfocadas en la "incómoda" lucha de Manzo contra el narco.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado el crimen como "vil asesinato" y garantizado impunidad cero, pero el caso subraya la fragilidad de Michoacán: un bastión de disputas entre CJNG, Cárteles Unidos y La Familia Michoacana, con 1,200 homicidios en 2025 hasta octubre.
Mientras 'El R1' sigue prófugo, la "furia" del CJNG no solo cobró la vida de Manzo, sino que devoró a sus propios ejecutores, recordando que en el mundo del narco, el fracaso es letal. Las investigaciones continúan, con la promesa de más detenciones inminentes.
