Hablar de una EcoZona en su estricto sentido ambiental, nos refiere a aquella parte de la superficie terrestre representativa de una unidad ecológica a gran escala, la cual se caracteriza por factores abióticos y bióticos (materiales no vivos, clima, geología, y seres vivos).
Con la finalidad de facilitar el estudio de las especies y del medio en el que viven, el sistema divide la tierra en ocho ecozonas: Paleártica, Neártica, Afrotropical o etiópica, Australiana o Australasia, Indomalaya u oriental, Antártica y Oceánica.
Las características propias de cada una de las zonas, permiten la valoración del estado de conservación y la determinación de las medidas necesarias para protegerlas, a fin de ayudar en la conservación del medio ambiente.
Sin considerar conceptos netamente ambientales, en Morelos se aprobó en la administración estatal 2013 – 2018, el Decreto número ciento veinticinco, publicado en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, número 5350, el 08 de diciembre de 2015, por el cual se reformaron la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano Sustentable, ambas del Estado de Morelos, con el propósito de reconocer a las Ecozonas en la entidad.
Este concepto (Ecozona) reconocido a nivel mundial como un elemento netamente ambiental, es transformado como un instrumento de regulación y fomento urbano ambiental, aplicables en un espacio delimitado del territorio, que tienen por objeto implementar políticas públicas y acciones específicas orientadas al desarrollo urbano sustentable y a la recuperación de la calidad del aire y del agua.
La orientación que se le da al concepto ecozona, va dirigido al desarrollo de una nueva política de desarrollo urbano sustentable, con una perspectiva ambiental, económica y social, que mejore la actuación de los actores y sectores que participan en el aprovechamiento de las ciudades del Estado.
La realidad nos lleva a descubrir que las autoridades consideran que ayudar a conservar el medio ambiente por medio de la preservación de los factores abióticos y bióticos en general, es una carga muy pesada, por lo que se limitan a coadyuvar en la disminución de emisiones y exposiciones a contaminantes, tanto de fuentes móviles como fijas, generando las famosas ecozonas  o zonas de bajas emisiones, para lo cual se requiere una reducción significativa del tráfico y la renovación del parque vehicular, lo cual se complementa con acciones económicas y sociales para que exista integralidad en el proyecto de una zona específica.  
De esta manera nace la famosa “Ecozona de Cuernavaca” a implementarse en el polígono del Centro Histórico, lugar en donde se pretende desarrollar un modelo de planeación urbana sustentable, que incluye tres líneas estratégicas:
1. Salud ambiental;
2. Ordenamiento territorial con uso de suelo mixto y fomento económico, y;  
3. Recuperación del espacio público.
No obstante las buenas intenciones planteadas en las modificaciones a las leyes locales en materia urbana y ambiental, el establecimiento de la Ecozona de Cuernavaca obedece a los resultados de los estudios de exposición personal que se llevaron a cabo por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático en noviembre del 2016, que dejaron en evidencia la concentración de partículas contaminantes, provenientes principalmente de las emisiones a la atmósfera ocasionadas por los vehículos automotores del transporte público que circula por las calles del Centro Histórico de Cuernavaca.
Lo anterior nos lleva a entender la lógica gubernamental que se basa en un solo elemento de ayuda al medio ambiente como lo es la contaminación atmosférica, para decretar una ecozona, cuando todos sabemos que una ecozona es aquella unidad ecológica del territorio que tiene ciertas características homogéneas, en las cuales se realizan estudios tendientes a determinar las medidas necesarias para protegerlas y ayudar en la conservación del medio ambiente.
Considerando la decisión gubernamental del establecimiento de una ecozona con miras tan cortas, tampoco podemos estar en contra, debido a que a todos nos queda claro que existen problemas en algunas calles del centro histórico, ocasionados por la contaminación que genera la alta concentración de vehículos automotores públicos y privados, lo cual incide en la mala calidad del aire que se relaciona con las enfermedades cardio-respiratorias de la población; sin embargo, esto debe ser motivo de un estudio serio de vialidad y transporte, que genere acciones para la reestructuración de las rutas del transporte público y proyectos para la creación de corredores del transporte público, sin que exista la concentración vehicular que tenemos en la actualidad.
Aunado a lo anterior y tal y como se plantea en la exposición de motivos del Decreto que modifica las leyes locales en materia urbana y ambiental y da paso a la creación de la ecozona, se requiere una actualización del Programa de Centro de Población del municipio de Cuernavaca vigente desde el 2006, o en su caso la realización de un programa parcial de desarrollo urbano del centro histórico de Cuernavaca, que contemple acciones de restructuración urbana de acuerdo a los requerimientos de los tiempos actuales.
No obstante lo que se comenta y considerando que la modificación a las leyes se realizó desde el 2015 y que las autoridades estatales de la anterior administración decretaron en el 2016 la existencia de la ecozona de Cuernavaca, las acciones realizadas para hacer realidad su proyecto de ecozona solo se encaminaron a la realizaron de la remodelación de un tramo de la calle Guerrero y a eliminar el tránsito vehicular, convirtiéndola en una zona peatonal; acción que pudo ser buena, pero que acarreo un gran malestar en una parte importante de la población.
El malestar no solo fue ocasionado por la eliminación de una de las calles más importantes del centro de Cuernavaca, lo cuestionable es que esta acción no obedeció a un estudio serio de “Movilidad Urbana”, ni fue acompañado de acciones de reestructuración del tránsito vehicular, el transporte público sigue pasando por las calles de Mariano Matamoros, No Reelección, Hermenegildo Galeana, Salazar, Francisco Leyva, Avenida Benito Juárez, Fray Bartolomé de Las Casas y Avenida Morelos; lo cual genera una gran contaminación atmosférica en el primer cuadro del centro histórico de Cuernavaca. Tampoco se realizó una de las metas establecidas como estrategia de la Ecozona de Cuernavaca, el Ordenamiento territorial con uso de suelo mixto y fomento económico, acción que se logra por medio de la actualización del Programa de desarrollo urbano de Cuernavaca, vigente desde el 2006 y que se sigue utilizando en el 2019 con todos sus deficiencias.
Regresando a la famosa “Ecozona de Cuernavaca”, primer polígono creado en la República Mexicana y de América Latina que estaba dirigido a “Disminuir emisiones contaminantes en la atmósfera y recuperar zonas de valor ambiental relevante”, fue un proyecto que quedo en una simple remodelación de 210 metros lineales de la Calle Guerrero con el cierre al paso vehicular y de manera complementaria y sin definir si es parte del proyecto de la ecozona,  algunas acciones de remodelación de calles del Centro Histórico; en virtud de lo cual, las autoridades de la presente administración estatal declararon que “La Ecozona es atractiva, pero aquí no funcionó”.
El interés de la Academia Nacional de Arquitectura, Capitulo Morelos por tocar este importante tema, es motivado por la importancia del mismo, que aun cuando los alcances son limitados, la construcción de nuevos equilibrios entre un desarrollo urbano ordenado que impulsa actividades económicas compatibles con el mejoramiento de la calidad de vida representa un avance en el respeto al medio ambiente.
Sin embargo, lograr avances en esta meta es un gran reto que solo se llevará a cabo si existe una verdadera decisión política de nuestras autoridades; en primer término, lograr que exista consenso entre la autoridad municipal y la estatal, que se deje a un lado el lucimiento personal y se ponga en primer lugar el beneficio de la población y, en segundo lugar, trabajar en un proyecto integral serio que ofrezca proyectos que solucionen la problemática de la contaminación atmosférica, mediante una reestructuración urbana de las rutas de traslado y del servicio público de pasajeros, así como de la normatividad vigente en materia urbana, que permita un ordenamiento territorial adecuado a la realidad actual, que contemple el fomento económico de Cuernavaca. Para lograr estas metas se requieren dos insumos importantes que serán vitales para la formulación de un proyecto integral:
1. Estudio de movilidad urbana de Cuernavaca y,
2. Programa parcial del centro histórico de Cuernavaca
Por lo anterior, queda el reto a nuestras autoridades para revivir un proyecto fallido, la “Ecozona de Cuernavaca”, proyecto que aun cuando esta corto en metas, de lograrlo será un gran avance en la obtención del tan deseado desarrollo sustentable y olvidarnos de un proyecto que nació muerto y que todos podemos ver su cadáver, una calle Guerrero que dejo de ser peatonal y muestra hoyos por todos lados, suciedad, desorden vehicular y una imagen urbana caótica y, un centro histórico (las calles remodeladas) con desprendimiento de los postes metálicos que limitan las banquetas, pavimentos despostillados por utilizar concreto estampado que no se puede rehabilitar y el desorden vehicular que siempre ha existido.

“Academia Nacional de Arquitectura Capítulo Morelos A.C.” / opinion@diariodemorelos.com

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