Las autoridades italianas han abierto una investigación sobre uno de los episodios más perturbadores que han resurgido respecto a la Guerra de Bosnia: la posible existencia de “safaris humanos” en los que millonarios extranjeros habrían pagado para disparar contra civiles en Sarajevo durante el asedio de la ciudad, entre 1992 y 1996.
La investigación se activó tras nuevas declaraciones y documentos entregados por exmilitares, activistas y periodistas que han seguido el caso durante años. Las sospechas apuntan a que individuos adinerados, procedentes principalmente de países europeos y de Medio Oriente, habrían viajado a zonas controladas por francotiradores para participar en asesinatos de civiles a cambio de sumas de dinero. Los relatos mencionan puntos elevados de la ciudad, conocidos durante la guerra como “la avenida de los francotiradores”, desde donde se cometieron numerosos ataques contra personas que simplemente trataban de cruzar una calle o buscar alimentos.
Los reportes periodísticos señalan que estas prácticas habrían sido encubiertas por redes criminales locales y algunos miembros de las fuerzas militares que operaban en la región, quienes facilitaban armas, transporte y acceso a zonas estratégicas. Los testimonios incluyen descripciones de viajes organizados, pagos en efectivo y la entrega de rifles de largo alcance a los visitantes. Según las fuentes citadas, los participantes elegían blancos al azar para disparar, lo que convierte estos hechos, de confirmarse, en uno de los episodios más atroces y desconocidos del conflicto.
Las revelaciones que impulsaron la reapertura del caso provinieron de periodistas de investigación que pudieron acceder a entrevistas inéditas con testigos directos, así como a documentos filtrados que mencionan movimientos sospechosos de extranjeros en Bosnia durante los años más críticos de la guerra. En algunos casos, los testigos afirman haber visto a civiles no bosnios siendo escoltados a posiciones de tiro, mientras que otros describen conversaciones entre combatientes sobre la llegada de “visitantes” que querían experimentar la violencia de primera mano.
El gobierno italiano trabaja actualmente en cooperación con autoridades de Bosnia y Herzegovina, así como con organizaciones internacionales encargadas de investigar crímenes de guerra. Esta coordinación busca verificar la veracidad de los testimonios, identificar a posibles involucrados y determinar si existen responsabilidades penales aún vigentes. De confirmarse las acusaciones, los crímenes podrían considerarse imprescriptibles debido a su naturaleza.
El caso ha generado conmoción internacional no solo por la brutalidad de los hechos, sino también por la idea de que la guerra pudo haberse convertido en un escenario de entretenimiento mortal para personas ajenas al conflicto. Activistas y organizaciones de derechos humanos han insistido en que esta línea de investigación es crucial para esclarecer abusos que permanecieron ocultos durante décadas.
Las autoridades de Sarajevo han mostrado disposición para colaborar, recordando que miles de civiles murieron a manos de francotiradores durante el asedio y que muchos de esos crímenes nunca fueron resueltos. La investigación podría reabrir heridas del pasado, pero también representar un paso importante en la búsqueda de justicia para las víctimas.
