Conocí al ingeniero Marcos Manuel Suárez allá por los años setenta, era diputado local, después sería líder del Congreso Federal y presidente de la Gran Comisión donde destacó y fue felicitado por sus compañeros al lograr sacar adelante las negociaciones bilaterales con sus similares de los Estados Unidos en aquel país, fue Oficial Mayor de la Secretaría del Trabajo, director general de “Asbestos Monterrey” y otras grandes empresas. Antes, quien esto les escribe, había tenido breve amistad con su hermano Fernando quien falleciera en lamentable accidente viajando de Toluca a Ciudad de México; por mi trabajo en la Secretaria de Turismo había tratado con su hermana Lilia, cuando ella era gerente del Casino de la Selva, donde también conversaba con su padre Don Manuel Suárez  y  Suárez.

Marcos, siempre fue un orgulloso egresado con excelencia del “MIT-Instituto Tecnológico de Massachusetts” donde se recibió de ingeniero civil, industrial y economista, siempre portó el anillo de graduación.   

Mi reencuentro con “el ingeniero”, fue cuando él era presidente del PRI en Morelos y Fernando Ortiz Arana delegado federal, quien después, cuando el asesinato de Colosio sería nominado para presidente de México –pero entre la confusión titubeó, y finalmente quedaría Zedillo- ya eran los años ochenta, fui nombrado por Marcos y Fernando como Oficial Mayor, tenían sus diferencias, yo los juntaba para comer. De ahí en adelante convivíamos muy frecuentemente en La Universal, y hasta los últimos días de su vida,  en algún restaurante o en casa de quien esto les escribe. 

Rehusó en dos ocasiones a ser candidato para presidente municipal de Cuernavaca, era la época en que su partido arrasaba, su aspiración era la gubernatura. Nació en la casa de sus padres en el número 13  de calle Pericón que después sería “Avenida Manuel Suárez”, junto al Casino de la Selva propiedad de su “apá” –como le decía- y contaba que el empresario cuernavacense Raúl Iragorri vino al mundo dos horas después atendido por la misma partera, por eso comentaba que, primero en tiempo primero en derecho para ser gobernador. También abogado, egresado de la UAEM y académico por naturaleza fue ahí profesor; y por décadas también catedrático de la UNAM. En dos ocasiones punteó para gobernador, sin duda habría hecho un excelente papel, gente de sensibilidad y buen trato, con vasta experiencia en lo político y empresarial, pero de Palacio Nacional salieron otras instrucciones, la primera vez con el autócrata y represor Díaz Ordaz, esta vez Marcos se disciplinó, y la segunda del socialista Echeverría quien argumentó que un empresario no debía ser gobernador, esta vez, enfrentó enérgicamente a Muñoz Ledo entonces presidente de su partido. 

Hijo favorito de uno de los empresarios más destacados, quien había participado en la Revolución con Francisco Villa, después sería propietario de magnos hoteles, ingenios azucareros, fábricas de asbesto cemento como “Eureka”, el más importante mecenas del muralismo mexicano con Siqueiros y Rivera; de pintores, escultores, arquitectos, intelectuales, quien en España recibió los títulos de la “Gran Cruz de Alfonso X el Sabio” e “Hijo predilecto de Navia” su tierra. 

Don Marcos, era a la vez buen amigo y político, poco tolerante a los tontos, decía, y soy testigo. Cuando por alguna razón no era posible cumplir peticiones, la gente, salía de su oficina satisfecha y además feliz, también me consta. Trataba con todo aquel que lo buscaba, sus oficinas siempre abiertas para quien fuera, fue padrino de generaciones y benefactor de escuelas. Tampoco toleraba los abusos, como cuando un gobernador, por motivos muy personales ejerció todo su poder en mi contra, ordenando cancelar mis contratos empresariales con el gobierno y como funcionario venidos de sexenios anteriores, siguieron amenazas, persecución, acoso judicial, ante ese flagrante abuso Marcos intercedió al grado que decidió retirarse como Secretario General de Gobierno. Vino un tiempo en calma y los ataques reaparecieron, esta vez, ya como Presidente del Tribunal Superior de Justicia se opuso abiertamente a las órdenes del gobernador por el mismo motivo y terminó renunciando al cargo. Ante esos excesos, otros funcionarios también intercedieron, entre otros, el Tesorero Gustavo Martínez directo con el gobernante; el Capitán Moisés Maislín Director de la Policía quien me brindó protección y consejos; el Procurador Alejandro Galván, quien por medio de su colaborador y amigo mío Héctor Reyes, me aconsejó que mejor pusiera tierra de por medio por un tiempo. Ya en Ciudad de México me dio albergue Felipe Galván primo del procurador, allá, me reunía con Marcos en su domicilio, y aunque las cosas ya habían tomado su nivel, no esperé una tercera andanada, decidí autoexiliarme por un año en Italia y España.   

A mi regreso, en ese mismo sexenio, el ingeniero, había sido designado otra vez presidente de su partido para la elección estatal y federal, distinguiéndome con nombramientos honoríficos.

Llegaron los años noventa, luego el nuevo milenio, fueron casi cinco décadas  de amenas reuniones y tertulias con un reducido grupo, al que se unió “Marcos Chico”. 

Don Marcos, amaba el estado, con su gran bonhomía dejó amistades, desde las más humildes, hasta de la aristocracia europea. Lo acompañamos cuando con su señora esposa apadrinaron a un niño, dándose el convivio en la más  humilde choza de Ahuatepec. Fue un estimado personaje, amigo de infancia de Cuauhtémoc Cárdenas y Miguel Alemán Velazco, con quienes jugaba en Los Pinos, fue compadre de presidenciables como Mario Moya Palencia. Ahora que conversé con Cuauhtémoc Cárdenas surgieron gratos recuerdos de “el ingeniero” como todos lo conocían, ambos se dispensaban gran estimación. 

Apenas en enero pasado asistimos a su cumpleaños y en febrero, a pesar de su salud, vino a Cuernavaca para el mío.

Un gran personaje que dejó este mundo terrenal hace unos días, nos queda el honor y la satisfacción de su amistad. 

Este lunes 15 de junio la UNAM le rinde un homenaje póstumo, y vendrá otro cultural en Cuernavaca.

Hasta la vista ingeniero, ya continuaremos nuestras conversaciones.

Entrevista; https://youtu.be/2AwY63TL9XU

P. D. hasta el otro sábado

 

carlos lavín figueroa

carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

 

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