Hasta dos décadas después de medio siglo XX, el tañer de las campanas de la Catedral de Cuernavaca, se escuchaba en todo el Centro Histórico, en sus barrios y hasta los pueblos aledaños -hoy conurbadossus tañidos ahora se ahogan entre el ajetreo de la modernidad.
Esas campanadas, no son solo para anunciar la hora, a lo largo de los siglos, han sido usadas como un lenguaje para dar mensajes que algunas personas todavía los pueden comprender, y es que, existen muy diversos modos de tocarlas para hacer saber al pueblo de algún acontecimiento en especial sean de carácter religioso o civil, como cuando Hidalgo llamó al pueblo tocando campanadas “de Arrebato” seguidas una de otra, fue un llamado urgente para levantarse en armas. Muchas de esos distintos modos de tocarlas han pasado al olvido.
Apenas en el 2022, el “toque manual y español” de las campanas de las iglesias fue declarado por la UNESCO un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Con sus resonancias, retumbos y retintines, que varían en ritmo, intensidad, duración y alternancia que se dan con sus diferentes campanas, se calman o se alteran las emociones de las personas sensibles, y más por quienes todavía pueden ser descifradas.
En el pasado, los toques de campana eran para informar a la población sobre los eventos importantes del día, como llamadas de auxilio en incendios, tormentas, o también anunciar fallecimientos, fiestas y avisar de peligros, se utilizaban también para marcar el inicio y el final de las fiestas del pueblo y otras celebraciones locales. Todos estos repiques son de formas muy distintas según cada caso, unos claramente festivos, otros alegres, otros para llamar a dar noticias, que por sí solos hacían sentir a la gente distintas emociones relacionadas con lo que pasaba.
Eran el más importante medio de comunicación de masas. Tenían modos un tanto regionales en cada comunidad como una especie de dialectos locales derivados de un tronco común. En la actualidad casi se ha perdido su función de informar, de coordinar y de acompañar a la mayor parte de los actos del pueblo.
Existe todavía en algunas comunidades alejadas la tradición de avisar que se avecina una tormenta, era el toque “Tentenublo” para que las personas tuvieran tempo de resguardarse, también existe la creencia que ahuyentaba esas tempestades.
El toque “Arrebato” era con toques intensos de todas las campanas del campanario para poner en alerta de un incendio, ataques, y entonces, la gente se reunía en la entrada de la iglesia para ser informada al detalle y organizar ayuda o defensa.
En el toque “de Carrillón” o llamado a misa o fiesta, es una melodía con 25 campanadas media hora antes de su inicio, y 12 toques, quince minutos antes. También se tocan para aniversarios y homenajear a algún personaje.
El toque “a Perdido” se hacía cuando ya era de noche y una persona no llegaba a su casa después de sus labores en el campo.
El toque “a Consejo” era para llamar a una reunión del pueblo para dar noticias importantes en el pórtico de la iglesia; si se repetía tres veces era obligatorio asistir, si no lo hacían tenían una multa por parte de la presidencia del consejo; si se tocaba dos veces era importante pero no era obligatorio; una solo una vez no era necesario.
El toque “Ángelus” era para avisar que era mediodía o para rezar el Ángelus, y la genta paraba sus actividades para ponerse a rezar.
El toque “a Vísperas” era el día anterior de una importante festividad y se ponían a tocar todas las campanas a repique, este, es un toque alegre. Unos son: cortos para calmar, otros rápidos para alertar, sostenidos de urgencia, de lento a rápido o de rápido a lento según cada caso.
El toque de “Clamor o Muerto” o “doble repique de finado” es utilizado para anunciar un fallecimiento, y pedir a la comunidad que rece por el alma del difunto; consiste en frías campanadas aisladas o alternadas que asusta a la gente. Según la importancia de la persona fallecida es el número de campanadas, en el caso del reciente fallecimiento del papa Francisco se tocaron 100 de esas campanadas solo con la campana mayor de la Ciudad de México, en este caso, cada campanada es separada de la siguiente hasta que se extingue el sonido de la anterior revelando lamento, así se tocaron las campanas en las capitales del mundo católico por más de una hora. En la catedral de Cuernavaca fueron tocadas por cinco minutos, igual en todas las capellanías de la Diócesis de Cuernavaca -Estado de Morelos-.
Para anunciar la muerte de los cardenales se dan cincuenta campanadas, para los obispos veinticinco y así sucesivamente. Pero el número es menor según el tamaño de las poblaciones.
Estos toques, podían ser llamados de la iglesia, del ayuntamiento, o por particulares según la importancia del caso, y tienen variantes de comunidad en comunidad, y según las campanas con que cuente cada campanario.
La torre campanario era el edificio más alto del lugar, hoy, los pueblos han crecido y se han convertido en ciudades, al grado de que el sonido de las campanas se pierde por la obstrucción de sus edificios y por el ruido de los automotores.
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