La RAE define como historiador a “quien se dedica al estudio de la historia” -sin más- y al cronista como “autor de crónicas e historiador de una institución” ya que una crónica aunque nunca dejará de serlo, pasa a formar parte de la historia.
Los libre pensadores, podemos decir cosas que no se habían dicho viendo lo que otros no ven, y sin estar limitados a las restrictivas técnicas y teorías académico-historiográficas.  
Nietzsche, planteó la transvaloración de todos los valores y se opuso a la “mentalidad de rebaño” decía que “Original, no es que alguien sea el primero en ver algo nuevo, sino quien ve algo nuevo en algo que es viejo, aquello que es visto pero pasado de largo por todos, eso es lo que distingue a las mentes verdaderamente originales”.
“Mentalidad de rebaño” refiere a la gente que sigue lineamientos ajenos, lo que hoy sucede en política y también con la historia cuando se toman fuentes escritas como si fueran dignas de credibilidad incluso como obligación, y hasta determinantes para dar validez a trabajos. Me pregunto, en que fuente escrita se basó el primero que dijo algo nuevo sobre un tema viejo. La historia, dicho por destacados historiadores académicos, no es una ciencia, es un género literario.
Doy aquí, seis falacias de historia local replicadas con mentalidad de rebaño tanto por académicos como en publicaciones oficiales.  
-Apenas hasta hace unos diez años, a alguien se le ocurrió decir en un folleto turístico, que el quiosco –así- de Cuernavaca es diseño de Gustave Eiffel, lo que es falso con toda falsedad, además de no ser su estilo; pero se le aplica el efecto rebaño, y es así, como ese “dato” ya aparece en las listas de edificaciones de Eiffel en México.
-El nombre “Olindo” de la casa de Maximiliano en Acapantzingo no proviene del personaje de Torcuato Tasso como se ha dicho y replica, nada tiene que ver, ni relación alguna; sustento que viene del portugués “O lindo” –La bella, literal-; así se refería el emperador a la fallecida princesa Amelia de Portugal y Brasil quien fue su verdadero amor.  
-Se ha replicado que el diseño del Palacio de Cortés lo tomó el conquistador del Alcázar de los Colón –que no del descubridor, sino posterior, del hijo y nieto- Cortés sale de Santo Domingo antes de iniciarse esa construcción, si con arcadas de estilo renacentista de moda en ese tiempo, aunque distintas en número y diseño. He comprobado con planos, medidas y fachadas, que el modelo se tomó de la italiana Villa Chigi delle Volte en Siena, y doy amplios datos que lo sustentan.  
-Por cierto, el título de Hernán Cortés, era “Marques del Valle” a secas, eso “de Oaxaca” es un agregado, ignorando a Cuernavaca que incluía todo el valle del actual estado de Morelos, lo que he respaldado con documentos primarios, como escrupulosas actas notariales, “de Oaxaca” es una mención que de ninguna manera es parte del título.  
-A un autor indigenista se le ocurrió decir en un libro de topónimos nahuas y se replicó en otros, que la palabra Cuernavaca proviene de la muy distinta Cuauhunáhuac, argumentando que “es el nombre más distorsionado de esa lengua”, lo que ha sido replicado incluso oficialmente en el Bando Municipal. En España, en 1981 investigué que el nombre viene de la villa de Caravaca por sus semejanzas naturales e influencias posteriores muy particulares en nuestra ciudad. El filólogo y lingüista, Gutierre Tibon, considerado sabio, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, años después aseguró que “el nombre de Cuernavaca, no proviene del nahua, sino que que es una adaptación al nombre de una población hispana con la cual tiene cierto parecido fonético”, aporta datos lingüísticos y filológicos y dice, “otro investigador pudiera dar cuál es”, El maestro y doctor en Historia Álvaro Matute investigador emérito de la UNAM escribió; “Qué bueno que existen sabios como Gutierre Tibón y Ernesto de la Peña. Tibón podía escribir y decir cosas interesantísimas sobre los significados de las palabras que sólo un gran erudito con mente libre puede hacerlo”. En el coloquio “El español en México” –La nuevarepublica.org- en el 2016- el doctor en historia Pablo Escalante Gonzalvo, experto en toponimia nahua, afirmó que “…la mayor parte de los lugares conservaron sus nombres que tenían durante siglos (Yautepeque quedó en Yauepec; Guastepeque en Oaxtepec) pero en el caso de Cuauhnáhuac, los conquistadores le pusieron Cuernavaca buscando raíces hispanas”. Ana Castaño del Instituto de Investigaciones Filológicas UNAM dice; “es una clara muestra de las actitudes lingüísticas y las reacciones sicológicas, de naturaleza sobre todo emocional, por parte de los hablantes de una lengua”.
-Sobre el Plan de Ayala, se replica con vaguedades, que fue redactado por Otilio Montaño; de sobra he justificado, de cómo, cuándo, porque, en donde,  su autor fue el abogado y poeta, antiporfirista y anarquista Salustio Carrasco Núñez, quien años atrás, huyendo del régimen, había llegado a vivir a Villa de Ayala donde –aunque de la misma edad- fue maestro de  Zapata, ahí conoció la problemática agraria y asesoró jurídicamente a los campesinos en los tribunales para la recuperación de sus tierras antes de la Revolución.
Es más fácil engañar, que admitir haber sido engañado.    

P. D. Hasta el otro sábado

“Historias y Relatos”
Carlos Lavín Figueroa
carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp