El problema del fanatismo que envuelve al presidente, y por tanto del país, consiste básicamente en que sus seguidores son ignorantes pero de la realidad, porque en México no se ha educado para pensar, sino para memorizar, dejan de buscar la razón de las cosas porque se les complica pensar, les es más cómodo creer todo lo que dice y dejarse manipular. 

Ante cualquier cuestionamiento al presidente, lo común en sus aliados es; primero, argumentar y presumir que son mayoría, luego contestar con carcajadas, y tercero ofender, cuando la ofensa y la burla los degrada aún más, no hay el mínimo nivel de diálogo; y no; les da; vergüenza. 

Decía Milton Friedman que “Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados”, lo que en México apenas empieza con una dictadura castro-chavista si no se detiene a tiempo.

Así las cosas, reproduzco la explicación de este fenómeno descrita por un especialista entrevistado por Carlos Alazraki: 

“Es por ignorancia, pero no de ignorancia académica, sino de una ignorancia de sentido de vida, los discursos del presidente son que todo lo bueno se debe a él, y todo lo malo es culpa de alguien más. La lógica es que no están viendo lo que está pasando, sino lo que el presidente dice que está pasando, es una forma muy fuerte de manipulación, un secuestro metal, que crea un fuerte vínculo por la “ignorancia de conciencia”, porque les van distorsionando la realidad hasta que la “hacen una verdad de ellos”, por ejemplo decir que no se aumento de la gasolina sino que es un equilibrio de los combustibles por el precio internacional -cuando aquí se produce petróleo y que solo una parte se manda a refinar en Estados Unidos- o que no hay medicinas para los niños con cáncer porque los gobiernos anteriores se robaron todo aun cuando ya van casi cuatro años de este gobierno. Son mensajes caóticos que distorsionan la realidad, es una manera mentirosa y peligrosa de hacer política donde van contando una historia que no existe, que no corresponde con la realidad pero la gente está tan dolida y tan resentida, que se aferra a la mentira por mas mentira que sea para no perder la esperanza prometida; votan por una imagen falsa que aunque las cosas se hacen mal y resultan peor, sus aliados no sueltan su sentir, se aferran a él. Y eso es producto del desconocimiento de las cosas tal como las cosas son. Frente a una actitud tan sin razón, los seguidores de Obrador no pueden aceptar la verdad porque les duele mucho ver la realidad, y no hay manera de sacar a una persona que está tan embelesada de un concepto así”. 

El mismísimo Obrador declara que “Morena obtiene sus votos con la gente más ignorante –que- entre más analfabetismo más apoyo a Morena”. Esa es “su” mayoría, y si el amable lector no lo cree, vea este video;

Con sus habladas mañaneras, Obrador tiene secuestrada la mente de los ignorantes, pero no tanto de ciencias, sino de conciencias, que además están orgullosos de ser mayoría -pero no absoluta- y de que lo hicieron triunfar, quien en respuesta los insulta; “son como solovinos a los que hay que arrimarles croquetas”; los denigra, los humilla, les quita el Seguro Popular a 20 millones; a los niños, y a sus madres que trabajan para poder mantenerlos les quita las guarderías y escuelas de tiempo completo; desaparece los refugios para las mujeres que sufren violencia, los engaña con promesas, pone pretextos, crea falsos enemigos y cortinas de humo, echa culpas al pasado -mismo que con todo y todo daba esos servicios- y aun así lo siguen apoyando incondicionalmente, y no solo eso sino que niegan y no quieren saber nada en su contra y menos de sus evidentes nexos con los narcos y demás delincuencia organizada. 

Es indignante y hasta patético que Obrador declare que le duele la sentencia que le dieron al Chapo, que visite y conviva con su familia, que ordene a la Guardia Nacional no enfrentar a la delincuencia organizada, y que esta los humille y doblegue; que expulse a la DEA que investigaba al narco, que ha convertido a nuestro país en un narco estado. Esta, es una actitud equiparable al “Síndrome de Estocolmo”, un trastorno psicológico que aparece en las personas que ha sido secuestradas también en su mentalidad, que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de su secuestrador y hasta se adhiere a sus ideas y causas. La víctima es hasta agresiva con quienes intentan hacerles entender de sus errores y de la peligrosa situación en la que están.

Esta es la primera vez que un gobierno pacta con los narcos, no para pacificar al país, sino para apuntalar al partido en el poder con dinero de muertes y sangre. 

El fracaso; Un Metro destartalado que ya es de 4ª, y para allá va el abandonado aeropuerto, una central avionera sin aviones, una refinería sin refinar, un tren sin destino, un pueblo sin los servicios con que contaba, un Ejercito humillado, formado por el pueblo, que es del pueblo, y que le da la espalda al pueblo; más corrupción que antes y además protegida comenzando por los secretarios y familiares.

Hay que mirar a México con los ojos bien abiertos y no con los ojos de Obrador.  

Ver videos; 

Hasta la próxima!

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx


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