Einstein decía; “Solo hay dos cosas infinitas; el universo y la estupidez humana y la estupidez es más dañina que la maldad.” Carlo M. Cipolla, un historiador italiano de economía, en su libro “Las leyes fundamentales de la estupidez” advierte; “La estupidez es irracional, porque no damos crédito a que exista.”
Paul Tábori un psicoanalista húngaro escribió “La Historia Natural de la Estupidez Humana”. Decía que el sabio es el que conoce la causa de las cosas y sus consecuencias. El estúpido las ignora y hasta las desprecia. Decía que un estúpido es una persona que no padece ninguna afectación en su cerebro -como se creyó por sigloslo que pasa es que no razona adecuadamente, o no quiere indagar, ni escuchar, ni analizar.
El teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer fue un activista contra el régimen nazi, estando en la cárcel escribió “Cartas desde la Prisión”, donde incluye “La Teoría de la Estupidez”, tratando de explicarse a sí mismo, cómo había sido posible que una población educada y culta se hubiera dejado arrastrar en esa irracionalidad y maldad, hasta denunciar a sus vecinos, participar para su encarcelamiento o ejecución, rapiñando sus bienes. Años después, muchos alemanes alegaban no haberse dado cuenta del mal que imperaba. “Yo no sabía”, “no me percaté”, “me dejé llevar por el fervor nacionalista”. Hubo una clara voluntad de no querer enterarse y una grave irresponsabilidad de dejarse arrastrar por una ideología manejada por Hitler, al grado tal, que era imposible razonar con ellos. “El poder de uno necesita de la estupidez de otros que carecen de ideas y razonamientos propios, convirtiéndolos en una herramienta automática sin mente”.
En analogía, es lo que ahora vivimos en México, no es un tema de derecha o de izquierda, ni de colores partidarios, eso está rebasado, hoy, es un tema de democracia o dictadura.
Esta vez, se trata, por encima de todo, de saber separar que queremos y que no queremos. ¡VOTA! ¡Hasta la próxima!