En enero-febrero de 1981asistimos a la 1ª Feria Internacional de Turismo (FITUR), gran evento que tuvo como sede el Pabellón de Cristal -salón de ferias y congresos- del parque Casa de Campo en Madrid, promovida por el Ministerio de Turismo y organizada por el Instituto Ferial de Madrid (IFEMA), la segunda feria de turismo más importante del mundo, con 3000 expositores y más de 100 países, donde acudió una representación mexicana, fue todo un acontecimiento que se dio después de reanudadas las relaciones entre aquel país y el nuestro. Evento anual al que asistí en esta y otras ocasiones como parte de la comitiva de México, fue inaugurado por el ex presidente Miguel Alemán y por el entonces alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván –el viejo maestro y opositor de Franco- donde asistieron representaciones y expositores de todos los rincones del mundo para dar a conocer su oferta en materia de turismo, miles de participantes cosmopolitas de diversos idiomas, razas, rasgos, alturas, costumbres y vestimentas típicas. El pabellón de México fue el de más grandes dimensiones y el más distinguido colocado en el centro del gran salón, donde no faltó el tequila y el mariachi que acompañó a Alejandro Algara, interprete oficial de Agustín Lara. Al fondo, como ornamento de un stand atrajo mi atención ver unas jaulas idénticas a las de Tetelcingo Morelos me aproximé, era el pabellón de Túnez. Y aunque de inmediato me di cuenta de su verdadero origen, me acerque a los tunecinos que con su vestimenta beduina-berebere atendían a los participantes. Y son las mismas jaulas, que días después vi en el pabellón tunecino en el “Salon Mondial du Tourisme” en París -ubicado frente al Hotel Meridien, a la vuelta del Arco del Triunfo- donde a lo largo de la feria –al igual que en Madrid- se presentaron numerosas actividades, como conferencias, oficinas de contratos, bailes y comidas típicas, grupos musicales, relatos y experiencias de viajes, una gran fiesta espectacular de tono internacional.
Preguntando sobre esas jaulas, por supuesto que eran las famosas “cages” tunecinas, muy en boga a finales del siglo XIX y principios del XX, que son idénticas en todas y cada una de sus partes, a las que se elaboran todavía de Tetelcingo.
De regreso a México, investigo que el modelo de esas jaulas de Tetelcingo fue traído por un sacerdote pero nadie me supo decir ni su nombre ni de dónde trajo ese modelo, atando cabos, concluí que ese preciso modelo viene justamente de Túnez, país ubicado en el norte de África frente a Italia, Mediterráneo de por medio. Pero yendo más a fondo descubro que las auténticas y originales son de la India, que son más rusticas, mismas que se inspiraron en mismísimo Taj Mahal, y no en una pagoda china como se ha dicho que es cosa muy distinta, este modelo llega de la India a Túnez y de ahí a Morelos donde conservan la clásica forma tunecina.
En 1986 viajé a Palma de Mallorca donde se fabrican copias de las originales de la India y son también idénticas a estas las originales, en ambos países se usan más como decoración que como jaulas.
Sidi Bou Said, Medina –ciudad- de Túnez- antiguo puerto de Cartago, es famosa por esas típicas jaulas realizadas en alambre, latón y madera, pintadas de blanco, son el principal atractivo del mercadito de artesanías de esta localidad norteafricana. Son colocadas, incluso sin pájaros en los pórticos de casas y en edificios públicos como en restaurantes y hoteles, es el distintivo de la ciudad.
La artesanía más importante de Tetelcingo Morelos son también las jaulas estilo Taj Majal, copias aun idénticas de las de Sidi Bou Said, artesanía que les fue enseñada a los habitantes de esa población morelense por el presbítero Patricio Odilón, párroco que fue de ambas poblaciones durante años, que también se elaboran en Sousse, Tunez.
Tetelcingo pueblo indígena cercano a Cuautla, era conocido tradicionalmente por la elaboración de estas jaulas hechas por unas pocas familias que conservan su diseño original, una artesanía que está desapareciendo por falta de apoyos para talleres por parte de la Secretaría de Cultura y Turismo estatal.
Estas jaulas son resultado de la transculturación –equivalente a la hoy globalización- que se inicia desde los orígenes del hombre en su emigrar a otros lugares alrededor del mundo.
P. D. Hasta el otro sábado
Carlos Lavín Figueroa
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