Hay en la esquina de Rayón y Comonfort un edificio ruinoso, dizque en reparación. Era la Biblioteca del estado de Morelos. Cuando pasa a manos del Instituto de la Educación Superior en 1952, con la creación de la UAEM, parecían avizorarse mejores destinos para esos libros, la lectura en nuestro estado, la preservación bibliográfica. La UAEM ha hecho desaparecer los acervos antiguos y recientes de esa ubicación. Matar los libros y la lectura es matar el espíritu.
No se puede tener tanta irresponsabilidad y esgrimirla al arruinar bienes culturales tangibles: murales, mosaicos y todo un par de inmensos acervos bibliográficos, tanto uno antiguo como otro reciente.
Aunque he indagado los azares y malas andanzas de esa biblioteca, pues tanto desde los saqueos revolucionario, como en 1952, y en los 80’s la oscura y limitada mira de los administradores hace deshacer y perder sus acervos.
Su remoto origen empezó en los altos del Teatro Morelos, luego fue al Palacio de Cortés, de ahí a la esquina de Hidalgo y Netzahualcóyotl, luego a Rayón y Comonfort. Cada mudanza representó pérdidas de acervo irreparables, pero no inevitables.
. Pero los presuntos daños a la nación, a la formación de ciudadanía fueron los más aviesos a manos de encargados burócratas universitarios y desalmados rectores que no tuvieron control alguno sobre esas acciones y esos empleados.
Hoy corren las voces sobre un proyecto de instalación de computadoras y supuestamente libros en línea en esas instalaciones, pero dudamos seriamente que eso sustituya a los acervos antiguos y modernos, a la materialidad de los libros, al olor a tinta y papel, a la lectura en fuentes materiales tangibles.
La UAEM y sus rectores cuando ocurrieron las pérdidas son presuntos responsables de daños a la nación, pues han destruido casi irreparablemente al patrimonio tangible o material muy valioso que nos tocó ver, usar parcialmente, oler y disfrutar.
Sin embargo, la falta de contemplación a los murales por parte del público es algo irreparable, veremos si han sido restaurados o no, lo cual haría aun mayor el daño sobre el patrimonio tangible nacional, estatal y universitario.
CRÓNICA O HISTORIA
Para tratar de introducir una crónica o tratar de esbozar historiando a “La desventurada”, voy a seguir in extenso cuanto dice don Valentín López González.
Pues bien, la biblioteca fue inaugurada el 2 de julio de 1886, el más remoto origen o punto de partida de las bibliotecas en el estado de Morelos se da con el Decreto número 47, del 30 de abril de 1886, aprobado por el Congreso del estado, en que se autorizaba su creación, a la vez que la planta de empleados, sus sueldos y los gastos de instalación y conservación. El gobernador era don Jesús H. Preciado y es quien anota estos datos en su informe de 1887. Para fundarla hubo que recurrir al concurso de los amigos del gobernador y al de personas desconocidas, dados los muy escasos recursos del gobierno del estado.
Se escogió el salón que se encontraba en los altos del “Teatro Porfirio Díaz”, hoy Cine Morelos, procediéndose a solicitar ayuda a los particulares, a las autoridades y a las corporaciones de la Federación y de los estados, así como a la prensa nacional para que donaran obras y sus publicaciones.
Los representantes de los tres poderes del estado, del ayuntamiento y otros funcionarios firmaron un pergamino con pluma de oro que contiene el acta inaugural, en la que se asienta que este documento se conservará en la biblioteca.
Por considerarlo relevante, consignó que ya en 1886 la biblioteca tenía en su acervo 1,473 volúmenes y 670 0bras, de las cuales 631 volúmenes eran de literatura, 210 de historia y 632 de ciencias. Ya para 1892 el acervo de la Biblioteca del estado tenía 2,348 volúmenes, de los cuales 935 eran de literatura, 317 de historia, 726 de ciencias, 172 de artes y 175 de religión.
Se colige por las explicaciones del texto ya citado que desde su origen y durante todo el porfiriato, la Biblioteca del Estado cumplió cabalmente sus funciones como centro de cultura, basándose en las estadísticas de visitantes mensuales que tuvo a la vista. Su horario era de 10 a 13 y de 16 a 19 horas.
El primer saqueo que sufre “La desventurada” se dio en el periodo revolucionario. (1910-1929?).
No tenemos referencias de los aciagos años de la Revolución, pero sabemos que Cuernavaca fue una ciudad abandonada y sin habitantes, donde abundaron los saqueos y es posible que también “La desventurada” haya corrido la misma suerte. El orden constitucional en Morelos se restablecería hasta 1930
No se sabe con exactitud cuándo se mudó “La desventurada” a los bajos del Palacio de Cortés, pero se refiere en el informe de 1932 rendido por el gobernador Vicente Estrada Cajigal que el 18 de mayo del mismo año se inauguraron las mejoras materiales hechas a la biblioteca, así como que se dio inicio a la catalogación de su acervo en el sistema decimal y que sus libros eran ya 2,700. Un año más tarde el propio gobernador Estrada Cajigal informó que se dio trato preferente a la biblioteca, hasta llegar a 3,500 volúmenes sobre todo de Historia y Biografías, así como 3,500 folletos y periódicos que fueron a engrosar su acervo. Quizá esto indica el inicio de las hemerotecas en el estado de Morelos.
Cuando fue gobernador don J. Refugio Bustamante, esto es, del 17 de mayo de 1934 al 5 de mayo de 1938, se trató de establecer un nuevo servicio formado por libros escritos en inglés, para uso de los visitantes estadounidenses que se interesaban en Historia de México. En esta época se formó un grupo, el de “Amigos de la Biblioteca Pública”, que donaron más de 300 0bras, para aumentar el acervo de “La desventurada”. El mismo cronista VLG dice que es “asombroso” el informe de la asistencia a la Biblioteca: 9,600 personas, de las cuales 3,600 solicitaron periódicos y revistas y 6,900 leyeron libros y folletos.
Por: Eduardo Bello Ocampo / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx
