En un giro inesperado que ha desatado una tormenta política, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, admitió públicamente que alberga a una migrante indocumentada en su residencia privada. Durante un debate comunitario el domingo, el demócrata reveló que la mujer vive "arriba de su garaje" y desafió irónicamente a las autoridades federales a intentar detenerla.
"Si los federales vienen por ella, ¡buena suerte!", declaró Murphy, provocando una mezcla de aplausos y críticas.
La confesión que encendió la polémica
Murphy, conocido por su postura progresista y su firme oposición a las políticas migratorias del presidente Donald Trump, explicó que la decisión de acoger a la migrante fue tomada junto a su esposa, Tammy Murphy. Aunque no proporcionó detalles sobre la identidad de la mujer, su declaración fue clara: "No entraré en muchos detalles, pero hay alguien en nuestro entorno amplio cuyo estatus migratorio no está en el punto (definitivo), y nos dijimos: '¿Sabes qué? Vamos a traerla a vivir a casa'".
NJ Governor Phil Murphy just said he is hosting a migrant in his home to avoid deportations.
ICE, do your thing. pic.twitter.com/6Vuh9yYL5C
— End Wokeness (@EndWokeness) February 3, 2025
Esta confesión no tardó en llegar a oídos de Tom Homan, exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y nombrado "zar de la frontera" por Trump. Homan no tardó en responder, calificando las declaraciones de Murphy como "tontas" y advirtiendo que el gobernador podría enfrentar consecuencias legales.
"Ya tomé nota de sus declaraciones y no las olvidaré. Si ha violado la ley, buscaré que sea enjuiciado", afirmó Homan en una entrevista con Fox News.
BREAKING: Tom Homan says he will investigate Governor Phill Murphy, and if he is in fact concealing an illegal alien, he will seek prosecution. pic.twitter.com/7uGQ4can5K
— Noesis (@_Noes1s_) February 4, 2025
El contexto político: demócratas vs. republicanos
Las declaraciones de Murphy se enmarcan en un contexto de creciente tensión entre demócratas y republicanos en torno a la política migratoria. Mientras el Partido Demócrata ha criticado duramente las redadas masivas y las deportaciones impulsadas durante la administración Trump, el Partido Republicano ha mantenido una postura firme en favor de la aplicación estricta de las leyes migratorias.
Homan, un aliado cercano de Trump, aprovechó la oportunidad para reiterar su compromiso con las políticas de deportación y su rechazo a las llamadas "ciudades santuario", jurisdicciones que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración.
"Terminaremos con las ciudades santuario, porque son santuarios para criminales. Vamos a demandar a esos gobiernos, para eso tenemos a la Corte Suprema", declaró Homan.
Las implicaciones legales
La confesión de Murphy plantea preguntas sobre posibles violaciones a la ley federal. Alojar a una persona indocumentada podría interpretarse como un acto de obstrucción a las autoridades migratorias, lo que podría llevar a acciones legales contra el gobernador. Sin embargo, Murphy parece estar dispuesto a asumir el riesgo, utilizando su posición para enviar un mensaje político sobre la necesidad de una reforma migratoria más humana.
Hasta ahora, no se ha confirmado si ICE ha iniciado una investigación formal sobre el caso, pero las declaraciones de Homan sugieren que el tema no quedará en el olvido.
Trump y su legado migratorio
Mientras tanto, la administración Trump ha seguido defendiendo su enfoque en materia migratoria. En un comunicado emitido este lunes, la Casa Blanca destacó los logros de su política exterior, incluyendo acuerdos con países como Colombia, México y Venezuela para aceptar vuelos de deportación de migrantes indocumentados.
"El enviado del presidente Trump, Ric Grenell, viajó a Venezuela y no solo logró la liberación de seis rehenes estadounidenses, sino que Venezuela aceptó el regreso de los migrantes ilegales miembros de la pandilla Tren de Aragua", señaló el comunicado.
Además, la Casa Blanca celebró los acuerdos fronterizos con Canadá y México, que permitieron retrasar por un mes la subida de aranceles en un 25%.
¿Un acto de desobediencia civil o un llamado a la acción?
La decisión de Murphy de albergar a una migrante indocumentada ha sido interpretada por algunos como un acto de desobediencia civil, en línea con su postura progresista y su oposición a las políticas de Trump. Para otros, sin embargo, representa una provocación innecesaria que podría tener consecuencias legales y políticas significativas.
Lo que está claro es que este episodio ha reavivado el debate sobre la inmigración en Estados Unidos, un tema que sigue dividiendo al país. Mientras Murphy desafía a las autoridades federales desde su residencia en Nueva Jersey, el futuro de la mujer indocumentada y las posibles repercusiones para el gobernador siguen siendo inciertos.
Una cosa es segura: este caso no pasará desapercibido en el panorama político nacional, y podría sentar un precedente en la lucha por los derechos de los migrantes en Estados Unidos.