Las nuevas generaciones han cambiado varios esquemas en el mundo, entre ellos los laborales y de consumo.
Son pocos los que se atreven a pensar en cuánto dinero están desperdiciando y cómo éste les podría servir para tiempos difíciles, como la vejez.
Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), 30% de los jóvenes no muestra interés por la cultura financiera y prefiere gastar su dinero en comida, tecnología, moda o entretenimiento y solo 13% lo utiliza en ahorrar.
El consumismo en el país y en muchas otras partes del mundo puede deberse a la presión social. En su mayoría ocasionado por las redes y medios digitales. Los jóvenes viven en una eterna búsqueda de aceptación de sus pares y esto requiere consumir. Lo preocupante de esta situación es que los productos adquiridos sólo se usarán poco tiempo, pues lo que está de moda hoy, puede dejar de estarlo muy rápidamente.
Profeco recomendó la elaboración de un presupuesto mensual de acuerdo a los ingresos, en el que se tomen en cuenta el ahorro y un presupuesto para gastos por algún contratiempo.
Los jóvenes mexicanos gastan más de lo que ganan; sus desembolsos se dividen de la siguiente manera:
34.1% de su presupuesto lo destina a alimentos, bebidas y tabaco*.
18.8% a transporte*.
14% a servicios educativos*.
33.1% gastos diversos*.
Del total de los encuestados,
54% realiza compras que se salen de su presupuesto, al menos una vez al mes.
¡Comienza a tomar el control de tu dinero!
Saber gastar no tiene edad, ayuda a tu bolsillo, sigue estas
Recomendaciones:
Realiza un presupuesto. Checa cuánto dinero dispones al mes y compáralo con tus gastos fijos (comida, transporte, telefonía móvil, entre otros), así conocerás tu capacidad de ahorro.
Haz una lista de lo indispensable. No adquieras cosas que no necesites.
Busca nuevas alternativas de entretenimiento. Recuerda: existen espectáculos gratuitos o con descuentos.
Valora si necesitas salir todos los fines de semana. Ahorra durante unos meses. Al final podrás destinar esos recursos a metas más grandes; un viaje por ejemplo.