Durante la CXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los obispos del país emitieron un mensaje en el que expresaron su preocupación por la creciente violencia, la descomposición social y la fragilidad de las familias en México.
Bajo el lema “Familia y paz, vocación y camino del Evangelio”, hicieron un llamado urgente a construir comunidades reconciliadas y solidarias.
A través de un comunicado, firmado por el Obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, presidente de la CEM, y por el secretario general, Héctor M. Pérez Villarreal, se condenaron hechos recientes como el asesinato de ocho jóvenes en Irapuato, la desaparición forzada de personas y la expansión del crimen organizado. También se alertó sobre los efectos del alcoholismo, la drogadicción y ciertas reformas judiciales que afectan la justicia y la paz.
Los obispos propusieron acciones concretas para acompañar a las familias y sanar heridas sociales, destacando que la familia no es solo una institución natural, sino una vocación eclesial. Reconocieron los desafíos que enfrenta este núcleo, como la migración forzada, la violencia intrafamiliar y la pobreza estructural.
Asimismo, reafirmaron su compromiso con la paz, afirmando que “no hay paz sin justicia, ni justicia sin verdad, ni verdad sin amor”, por lo que pidieron a los fieles de todo el país ser signos de esperanza y encomendarse a la protección de Santa María de Guadalupe.
Marcela García / marcela.garcia@diariodemorelos.com
