Tener un animal de compañía requiere compromiso y responsabilidad. Es una decisión que no debe tomarse a la ligera, según expertos en bienestar animal. Adoptar un cachorro o un gato implica un compromiso a largo plazo y no es algo que deba dejarse de lado cuando se experimenten cansancio o falta de entusiasmo.

Lamentablemente, es frecuente encontrar casos en los que perros y gatos son maltratados por personas que ya no desean cuidarlos. Muchas veces, los dueños deciden abandonar a sus mascotas en las calles una vez que han perdido el interés en tenerlas en sus hogares. Esta actitud irresponsable y cruel es una de las principales causas de dolor y sufrimiento para estos animales domésticos.

Los expertos enfatizan la importancia de considerar todas las responsabilidades asociadas con la tenencia de una mascota antes de tomar la decisión de adoptar. Esto incluye proporcionar alimento adecuado, atención veterinaria, ejercicio regular y cariño. Además, es fundamental educarse sobre las necesidades específicas de la especie y raza elegida, así como garantizar un ambiente seguro y saludable para el animal.

TIENES QUE OBSERVAR

Los gatos de manera instintiva ocultan su dolor como un recurso estratégico de supervivencia, de modo que resulta indispensable que los propietarios de mininos logren identificar las señales de que sus mascotas están padeciendo agudos dolores.

Hay muchas causas por las cuales un gato puede experimentar dolor: malestares dentales, artritis o lesiones variadas, por ejemplo. Ciertos factores relacionados con el dolor físico son bastante patentes, en tanto que otras son más difíciles de descubrir.

Por lo anterior resulta indispensable para garantizar el bienestar de los gatos aprender acerca de las variaciones en la conducta de los felinos y su relación con el dolor físico experimentado.

Se debe tener presente que un animal no debe de ser considerado, bajo ninguna circunstancia, como un adorno o una especie de robot que no puede sentir emociones variadas.

Por el contrario, se trata de seres vivos que cuentan con un aparato nervioso central, mismo que les permite tener sensaciones diferentes y vivencias tanto aciagas como placenteras.

A partir de estas experiencias, los animales pueden relacionar ciertos recuerdos vinculados a particulares sensaciones, tal y como sucede con los seres humanos.

Ello implica que las mascotas, los animales en general, son perfectamente capaces de sentir miedo, angustia, sufrimiento y también placer, alegría y felicidad.

Al equipararse en ello a los seres humanos, los animales tienen pleno derecho a recibir un trato digno y mucho respeto.

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