Fui­mos tes­ti­gos de un inte­re­sante epi­so­dio de la polí­tica mexi­cana. La semana pasada fue con­vo­cada una mar­cha por la Gene­ra­ción Z, ins­pi­rada en los movi­mien­tos socia­les de jóve­nes en dis­tin­tos paí­ses. Movi­mien­tos en los que los jóve­nes, en mayor o menor medida, con­vo­ca­ron a la socie­dad para pro­tes­tar por las con­di­cio­nes socia­les o por com­por­ta­mien­tos equí­vo­cos de los gobier­nos en sus paí­ses. El eje de ello ha sido el uso del telé­fono inte­li­gente. La Gene­ra­ción Z está cons­ti­tuida por los naci­dos entre 1997 y 2012; es la pri­mera gene­ra­ción ver­da­de­ra­mente nativa digi­tal.

Los paí­ses en los que se ha mani­fes­tado la Gene­ra­ción Z: Bir­ma­nia 2021, Sri Lanka 2022, Irán 2022, Ban­gla­dés 2024, Kenia 2024, Mozam­bi­que 2024, Ser­bia 2024, y en 2025 Corea del Sur, Gre­cia, Tur­quía, Mon­go­lia, Mace­do­nia del Norte, Franja de Gaza (con­tra Hamás), Togo, Tai­lan­dia, Indo­ne­sia, Nepal, Fran­cia, Fili­pi­nas, Timor Orien­tal, Perú, Mal­di­vas, Mada­gas­car, Marrue­cos, Para­guay 2025, Ita­lia, Boli­via y ahora México.

En cada país las deman­das varían, pero hay recla­mos que se repi­ten: corrup­ción, falta de opor­tu­ni­da­des, eco­no­mía, inse­gu­ri­dad, lujos de fun­cio­na­rios y sus fami­lias, sala­rios ofen­si­vos de los legis­la­do­res, auto­ri­ta­rismo, desi­gual­dad y exi­gen­cia para la renun­cia de las auto­ri­da­des.

Los gobier­nos, en gene­ral, han res­pon­dido de manera simi­lar: repre­sión, toques de queda, uso de la fuerza pública, encar­ce­la­mien­tos, ase­si­na­tos y apa­go­nes de inter­net.

Las movi­li­za­cio­nes han sido con­vo­ca­das en redes socia­les. Uti­li­zan las más popu­la­res depen­diendo del país, prin­ci­pal­mente Tik­Tok, Tele­gram, X e Ins­ta­gram.

Los gobier­nos tar­dan en reac­cio­nar. No entien­den los moti­vos de la Gene­ra­ción Z y suele ganar­les su apa­rato repre­sor. Esta cons­tante ha oca­sio­nado muchos muer­tos por el uso de la fuerza pública. En algu­nos paí­ses el movi­miento ha pro­vo­cado la caída de gobier­nos; en otros, ha logrado que estos acep­ten modi­fi­ca­cio­nes a las leyes o nue­vos pre­su­pues­tos.

En la mani­fes­ta­ción del Zócalo de la CDMX vimos a un gobierno que no supo enten­der las seña­les. Se enfrascó en los dimes y dire­tes, des­ca­li­fi­cando la movi­li­za­ción. Y lo peor: se lanzó con­tra los mani­fes­tan­tes indis­cri­mi­na­da­mente. Niños, vie­jos y jóve­nes fue­ron apa­lea­dos por las fuer­zas del orden.

Decían los mar­xis­tas de viejo cuño que, para que pros­pe­rara un movi­miento revo­lu­cio­na­rio, tenían que darse las con­di­cio­nes. Viri Ríos, en su columna de El País y siendo afín a la 4T, hace un aná­li­sis a par­tir del Lati­no­ba­ró­me­tro. Viri lo com­prueba.

Los jóve­nes en México votan por la coa­li­ción gober­nante en un 73%. En años ante­rio­res lo hacían por la opo­si­ción. Tam­bién aprue­ban mayo­ri­ta­ria­mente al Con­greso, al Poder Judi­cial y al INE. Le asom­bra que tie­nen con­fianza en las Fuer­zas Arma­das (52%). Con­cluye: “Los jóve­nes de la gene­ra­ción Z mexi­cana pare­cen satis­fe­chos”. La rela­tiva poca pre­sen­cia en las movi­li­za­cio­nes en la CDMX y otras ciu­da­des lo con­firma.

Pla­ti­cando con un amigo rela­cio­nado con estu­dian­tes de nivel medio supe­rior, me decía que los cha­vos están depri­mi­dos, sin pro­yecto y ven difi­cul­ta­des para encon­trar empleo; las dro­gas son una ten­ta­ción per­ma­nente.

La eco­no­mía mexi­cana no crece y los pri­me­ros en salir del mer­cado son los jóve­nes (El Uni­ver­sal, 22/11). A los recién egre­sa­dos se les difi­culta entrar al mer­cado labo­ral ante el poco cre­ci­miento eco­nó­mico. El Inegi encon­tró que, de los 8.7 millo­nes de jóve­nes ocu­pa­dos entre abril y junio, el 67.3% se encon­traba en la infor­ma­li­dad.

Estos jóve­nes al pare­cer, están con­ten­tos con su gobierno. De los más de 38 millo­nes de la Gene­ra­ción Z, solo un puñado salió a la calle. En More­los, nin­guno. Zzzzzz. ¿Por qué el pánico mos­trado por el gobierno ante la mar­cha del 15/11?

Enri­que Krause en su artí­culo de ayer, con cierto opti­mismo ve la posi­bi­li­dad de una salida para la gene­ra­ción Z, para que no suceda lo del 68. “La gene­ra­ción Z no parece estar dis­puesta a per­der el futuro. Ojalá se orga­ni­cen y arti­cu­len sus deman­das… Ade­más de movi­li­zarse con­tra las medi­das auto­ri­ta­rias del régi­men y crear con­cien­cia ciu­da­dana… una vía prác­tica sería vigi­lar las pró­xi­mas elec­cio­nes.” Vivi y yo así lo cree­mos.

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