Nuestras barrancas en Cuernavaca están tristes, agobiadas, invadidas en todo su trayecto. Donde bajaba el agua cristalina del Ajusco, hoy bajan cantidades inmensas de todo tipo de objetos: botellas de plástico, colchones, sombrillas, bicicletas y a veces cadáveres de animales y uno que otro humano. Cuernavaca es bendecida por sus serpenteantes barrancas por las que se oxigena la ciudad y la hace mantener un prodigio de clima.
La humanidad enfrenta uno de los retos más grandes para la supervivencia. Pero, no lo sabe con claridad. El capitalismo ha propiciado un consumismo que no parece tener fin. Hay voces que alertan. Voces que se pierden en la vorágine informativa. El Club de Roma alertó en los 90 sobre el peligro. Piketty nos actualiza sobre la ruta de la economía que nos lleva a una inmensa concentración de la riqueza y de contaminación.
Wall-E es una película de Walt Disney de 2010. El film futurista que nos advierte de lo que puede suceder con la humanidad si continúa por la ruta del derroche y su inmensa capacidad para generar deshechos. Sobre todo de los deshechos tecnológicos.
Caminando en las estaciones del metro de Tokio, busco donde tirar la botella de plástico. No encontré basureros. No hay. La gente guarda sus residuos para tirarlos en el basurero de su casa. El drenaje no se obstruye. Los residuos los separan desde sus hogares. Se recicla la mayor parte de los residuos sólidos. El transporte de la basura es eficiente. Pienso en la importancia de la educación.
Wall-E es un robot diseñado para compactar la basura. Cumple la tarea de organizar el mugrero que dejaron los humanos al dejar el planeta en el año 2805. La codicia empresarial y la negligencia ambiental convirtieron a la tierra en un páramo de basura. La Inteligencia Artificial IA, controla la vida de los humanos que abandonaron la tierra y los llevó a un satélite artificial. Los humanos engordan al ser súper atendidos por robots. Wall-E conoce a Eva. Una robot de última generación. Se enamoran. Conservan una plantita que representa la esperanza y que hará renacer al planeta. (Wall-E se puede ver en YouToube).
Las grandes ciudades representan un enorme reto para el manejo de los residuos. El buzo que destapa los drenajes en la CDMX desde hace 40 años, ahora los encuentra taponeados por PET y bolsitas con excremento de los perros. Las inundaciones de la temporada mantienen en jaque a numerosas colonias.
En Cuernavaca, “el principal agente contaminante es la población cercana a las barrancas, ya que vierte las aguas negras en sus cauces y deposita ahí los desechos sólidos. Pero puede decirse que, en general, con las corrientes pluviales, la basura en las calles de toda la ciudad es arrastrada a estos desagües naturales, con lo que tapa sus cauces y crea inundaciones que ponen en serio riesgo, sobre todo, a la población que vive en las laderas.” Concluyen en su investigación sobre las barrancas de Cuernavaca las investigadoras de la UAEM Concepción Alvarado Rosas y María Rita di Castro. (UAEM. 2013).
La situación no ha cambiado. El desafío sigue presente. Se sabe que el 70% de los residuos son domésticos, el 20% son escombros y el 10% los más peligrosos: aceites, pilas y electrónicos. El impacto ambiental no es menor. La contaminación del río Apatlaco por los lixiviados que estos producen, es preocupante. Las inundaciones son frecuentes al ser obstruidos por la basuras los lechos acuíferos.”Cuernavaca genera 1,200 toneladas de basura al día. El 40% es recolectada correctamente, el resto termina en barrancas, quemada o en baldíos.
La existencia de estudios e investigaciones de la UAEM y otras instituciones gubernamentales sobre las barrancas, basura y contaminación muestran voluntad e interés. La amenaza demanda con urgencia la coordinación de las instituciones y los actores sociales. Esperar a que un robot resuelva (Wall-E y EVA). No conviene.
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