Los nuevos ayuntamientos de Morelos iniciarán el 1o. de enero del 2021. Recibirán, en su mayoría, las tesorerías sin fondos. Los tiempos de una Federación generosa se terminaron. El presupuesto 2022 que ha propuesto el gobierno federal castiga a los municipios ; y no se puede tener esperanza de que acudirá al auxilio. El portafolio de problemas que se encontrarán les arrebatará el optimismo de haber ganado. Alejandro Hope, experto en temas de seguridad, subraya en su columna del 10 de septiembre (El Universal.) ”Los estados y municipios son los grandes perdedores del proyecto de presupuesto 2022. El Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP)… tiene una caída acumulada en lo que va del sexenio del 10%. Por otra parte y por segundo año consecutivo, no proyecta la existencia un fondo de subsidios para la seguridad municipal, como lo fue en su momento el Fortaseg/Subsemun.”. Aunada a la triple crisis: financiera, de seguridad y de gobernabilidad, que reconoce Mauricio Merino, hunde, según sus palabras: “a los gobiernos municipales… que nadie sabe bien a bien qué hacer con ellos; cómo involucrarlos en las soluciones y cómo resc tarlos de la ecuación de los problemas”.

La situación de los ayuntamientos de Morelos no es diferente a la del resto de los del país. No es consuelo. Entender el contexto en el que gobernarán los nuevos ediles, les demandará un enorme esfuerzo si quieren salir airosos. Esfuerzo que debe comenzar por reconocer el gran compromiso que aceptaron al ser postulados y obtener el triunfo. Ni la federación ni el estado podrán aportar gran cosa. De entrada, porque la política mostrada en estos tres años respecto a los ayuntamientos, es dejarlos abandonados a su suerte. 

¿Por dónde empezar el diseño de una nueva administración? Los instrumentos que nos proporciona la Nueva Gestión Pública están al alcance de los ayuntamientos que se lo propongan. Se trata de eficientizar los magros recursos que tendrán. Hacer más con menos. La propuesta de los expertos en Políticas Públicas reconoce que, para diseñar políticas públicas razonables, se requiere aceptar principios y valores fundamentados en la Ética. Ética y la administración municipal pareciera un contrasentido. La imagen que tenemos de los presidentes municipales es cercana a la de Daniel Alcazar en la La Ley de Herodes. Las nuevas administraciones municipales, si quieren lograr avances y salir bien librados de su gestión, serán aquellas que entiendan y propicien un entramado a partir de valores éticos compartidos por los actores que participarán en la construcción de una Nueva Gestión Pública. 

Hablar de ética en los ayuntamientos merece una sonrisa. Las administraciones municipales parecieran estar condenadas a la corrupción, a la incompetencia y a la pobreza. Pero entre todas las dificultades que tendrán a partir de enero, construir una política pública, tampoco es garantía de éxito. Las inercias perversas de corrupción, clientelismo y burocracia, pueden ser más poderosas que las buenas intenciones. 

Los valores compartidos por los actores que participen en la construcción de una política pública, son esenciales. Son los pilares para edificar una estructura a prueba de las inminentes tormentas políticas y sociales que se ven en el futuro. Las próximas semanas ofrecen la oportunidad para trazar la ruta hacia una gobernanza que esté fundamentada en valores éticos. Merino nos recuerda que “…los ayuntamientos seguirán siendo la base de la administración pública territorial y seguirán siendo el cimiento del Estado nacional. Esa labor política no la pueden hacer suya ni el Ejército; y a nadie, a lo largo de la historia mexicana, se le ha ocurrido aún prescindir de ellos”. (¿Y qué hacemos con los municipios?. El Universal. 14/12/2020). 

Para algunos presidentes municipales, por serlo de pequeños municipios, les parecerá que hablar de políticas públicas y gobernanza no les atañe, pues se cree que son herramientas exclusivas de los gobiernos federal y estatal. Debidamente asesorados, descubrirán la importancia de trabajar con las herramientas de la Nueva Gestión Pública, que significará alcanzar mejores resultados. Dejarse llevar por inercias políticas, administrativas o intereses personales, impedirá que logren obtener los resultados que beneficien a sus municipios… y a su proyecto político. 

Cumplir con los propósitos que quedarán definidos en el Plan de Desarrollo Municipal, podrán alcanzarse si logran que los principios éticos sean la base de su gestión.

Por: Ariel Homero López Rivera opinion@diariodemorelos.com

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