Peter Sloterdijk es un filósofo Alemán contemporáneo reconocido y polémico. En su trilogía “Esferas”, desarrolla un nuevo tipo de filosofía y profundiza en los espacios de la vida cotidiana. Con esa visión provocadora, publicó un ensayo donde reflexiona sobre el Estrés y la Libertad, tal como lo hace en su monumental serie “Esferas”.
Dos acontecimientos lo llevan a mostrar sus principales significados de la libertad. El primero cuando los romanos logran destituir al rey Tarquino el soberbio, ante una acción incorrecta de su hijo, al ultrajar a una dama de la sociedad romana y ésta inmolarse. Lucrecia es la mujer que desencadena la primera gran concentración colectiva por una causa. Puede considerarse como la primera manifestación pública de carácter libre y burgués.
La sociedad hace conciencia de su poder como colectivo. Nace la libertad republicana.
Ante una injusticia, la sociedad demanda justicia. La sociedad se organiza y reclama. Los gobernantes se dan cuenta que a las naciones les es esencial ese elemento para mantenerse unidas : requieren de una constante fuente de inquietud, preocupación, ideas o acciones que las mantengan alertas, en estado de tensión, de estrés. “Cuando más grande es el colectivo, más fuertes deben ser la fuerzas del estrés”, nos dice.
Sloterdijk reconoce que la sociedad contemporánea está conformada por el estrés; constantemente se le evoca y provoca; el sistema, para funcionar, le presenta propuestas cada día, a cada hora, para que la sociedad se excite, para que se indigne, se llene de envidia, se exalte… “La nación es un plebiscito diario…” Se le mantiene bajo cierto nivel de estrés, pero soportable, para evitar una revuelta unificada generalizada. Es exactamente lo que estamos viviendo en la actualidad . Estamos atemorizados, pero al mismo tiempo prestos a ser convocados a la discusión o a la confrontación. Estrés en su más nítida expresión.
¿Qué libertad es esa, que nos tiene atrapados? Es una libertad, nos dice, en donde juega un papel central el estrés. A J. J. Rousseau, le lleva a sostener en el Contrato Social la frase: “el hombre nació libre y está encadenado por todas partes “. La sociedad actual con sus redes sociales y los medios masivos de comunicación, han llevado al extremo el estrés. Estamos siendo bombardeados con información de política, de salud, de crímenes y eventos que nos tienen con el alma en vilo, independientemente del bando en que nos situemos; estamos también enmedio de la provocación para que compremos todo tipo de mercancías.
En aras de esa libertad estresada, de ese estrés colectivo que lleva a las naciones a perseguir un sólo sueño, un sólo ideal, un solo afán, es que se permitirá el surgimiento de gobiernos totalitarios. Una voluntad general que deja al descubierto hasta dónde es capaz de llegar la furia del pensamiento unitario.
J.J. Rousseau, en un momento de lucidez, se encuentra con la otra libertad, también analizada por Sloterdijk . Una libertad individual, que se desliga del estrés social y que pone en peligro la estabilidad social, ya que la sociedad, dice, es una comunidad de preocupaciones inducidas por los medios. La libertad es aquella a la que se llega cuando se logra conquistar la despreocupación . O sea, cuando se deja atrás el estrés. Un status que libera . En un estado de ensoñación, el individuo se desvincula de la sociedad. El individuo no tiene opinión, no se expresa, no se preocupa. No tiene proyecto.
Sloterdijk, encuentra que la sociedad actual ve la forma para escapar de esa atadura y alcanzar la libertad individual en breves momentos: vacaciones, bebiendo alcohol o ingiriendo otras sustancias. Se libera. Es libre en pequeños fragmentos de tiempo . Porque es libre quien dirige su atención hacia si mismo y logra percibir su existencia en su propio interior.
El estrés, en la visión de Sloterdijk, cumple una función esencial en el acontecer cotidiano. Estamos atrapados por la cantidad de información que nos enajena, deseamos objetos, riquezas, viajes… que nos hacen creer que allí se encuentra la felicidad. Lo único que encontramos es un estrés mayor en nuestras vidas. En tiempos de pandemia, otro estrés se agrega, sin poder resolver y sin poder lograr el sentimiento de la felicidad perdida. Menos aún la libertad individual que nos desliga de la sociedad.
El presidente reconoció no saber que el estrés existía. Pensaba que era una enfermedad que aquejaba solamente a las clases privilegiadas. Sin embargo, sus conferencias matutinas constituyen una fuente constante de estrés social, al igual que los informes diarios sobre la pandemia.
Resulta una paradoja que el gobierno que pretende mejorar el nivel de vida de los pobres, sea el que les produce mayor estrés social, de acuerdo a la visón que nos propone Sloterdijk. Al incrementar sensiblemente la polarización social y en consecuencia el nivel de estrés, éste se hace evidente en los niveles de violencia, y en las múltiples expresiones y manifestaciones de colectivos… Formamos parte de una sociedad bajo mucho estrés.

Por Ariel Homero López Rivera / opinion@diariodemorelos.com

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