El 11 de abril del 2006 Bernardo Provenzano fue detenido en Corleone, Sicilia. 43 años vivió en la clandestinidad. Se hizo invisible después de haber sido parte de la guerra entre grupos criminales de Sicilia y de cometer infinidad de asesinatos.
La mafia no perdonó a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino por presidir el primer juicio a la mafia siciliana en la década de los ochentas. Fueron asesinados en 1992. Presidieron el juicio multitudinario conocido como el macroproceso, en el cual se dió cadena perpetua y otras condenas a más de 350 miembros de La Cosa Nostra. Fue necesaria la construcción de un búnker para que se pudiera llevar a cabo este juicio sin que ocurrieran asesinatos.
Andrea Camilleri (1925-2019), escritor y guionista siciliano famoso por sus 32 novelas policiacas, donde el personaje central es el comisario Montalbano.
Sus novelas describen las peripecias del comisario en la investigación de los delitos. Simultáneamente muestra la riqueza y delicias de la comida siciliana; los modos de ser de su gente, sus costas y ciudades. Nos adentra en sus relatos de tal suerte que difícilmente uno se despega de ellos sino hasta concluir la investigación de un crimen y descubrir a los culpables.
Camilleri en el 2007 publica “Vosotros no Sabéis”. Un libro que va siguiendo el significado de los vocablos de la mafia siciliana al modo de un diccionario. Magistralmente, nos introduce en la vida de uno de los  capos sicilianos más buscados por la policía italiana en las ultimas décadas: Bernardo Provenzano (Corleone, Sicilia ,1933-Milán 2016). El título del libro se debe a que en el momento de su detención en el 2006 sentenció, enigmáticamente, algo así como: no saben en la que se han metido. Quizá porque advertía que después de la paz que había logrado entre las bandas rivales, se desataría una nueva guerra, como la que provocara su antecesor.
Destaca en su “diccionario” algunas palabras que describen bien una época. Por ejemplo la “Lupara” que es una escopeta para matar lobos (lupo=lobo), y que fue el arma que identificaba a la mafia.
La palabra más relevante del diccionario de Camilleri es “Pizzini” : “Pequeña carta que contiene un breve texto”, según diccionario de 1890. Fue el vehículo de comunicación que le permitió al capo de capos, dirigir durante más de 40 años a la poderosa Cosa Nostra siciliana.
Camilleri nos permite atisbar, entreabriendo puertas, en el hablar de la Costa Nostra, cuyo jefe es Provenzano. Habla de la manera en que se establecieron jerarquías, órdenes, recriminaciones, sanciones o ejecuciones. Es la construcción silenciosa de la temible organización.
Los pizzini eran la manera en que el capo transmitía sus órdenes. Pasaban de mano en mano hasta llegar al destinatario. Unas veces hábilmente cosidos a las valencianas de los pantalones. Un sistema primitivo ideado por Provenzano que mostró gran eficacia. Los teléfonos y los celulares se intervienen fácilmente.
Al capitán que finalmente lo detuvo le llevó 8 años seguirle la pista. Utilizó cámaras, intervino teléfonos, habilitó escuchas, entrevistó y dio seguimiento a sus principales contactos y subordinados. Una labor de inteligencia con mucha honestidad y perseverancia.
Las bandas delincuenciales en México cometieron errores similares a los de la mafia siciliana. Uno de los más significativos es el de la muerte del cardenal Posadas. En Sicilia, haber matado a los jueces Falcone y Borsalino, ocasionó que el gobierno federal italiano, el ejercito y las autoridades sicilianas arremetieran fuertemente y contuvieran al crimen organizado. La honestidad de los jueces asesinados fue la clave.
La sociedad siciliana finalmente reaccionó y se volcó a las calles en enormes manifestaciones contra la Cosa Nostra. Todas las casas con letreros de ¡basta!. La mafia se había extralimitado.
Así las cosas en Sicilia. Aquí somos diferentes. 

Por: 

 Ariel Homero López Rivera

opinion@diariodemorelos.com

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