En el año 2018, el papa Francisco habló sobre su salud mental, un tema complejo dentro de la religión. Esta información fue revelada por medio de una entrevista con una duración de 50 minutos, la cual ha vuelto a salir a la luz debido al reciente fallecimiento del Papa Francisco I. por petición del obispo. 

A lo largo de la entrevista, el Papa Francisco I. revelo aspectos de su vida personal: "La tengo bastante domada" aseguró el Obispo refiriéndose a su salud mental y ansiedad "He logrado no dejarla entrar".

En la entrevista, se le cuestionó si había sido psicoanalizado, a lo que el Papa explico que durante seis meses, cuando aún era provincial, buscó ayudo con una profesional de la salud debido a que en ese momento atravesaba tiempos difíciles.

“Estaba el tiempo de la dictadura y todo el problema de rescatar gente, todo eso que ya se sabe porque es público, había cosas que no sabía manejar bien. Entonces fui a ver a una señora, una gran mujer. Era psiquiatra, y me ayudaba con explicaciones, consejos, a hondazo limpio me buscaba. Me ayudó muchísimo, muchísimo", dijo el Papa.

El Papa Francisco I. consideraba que era importante que todo sacerdote debía saber algo de psicología y que era necesaria estudiarla.

"En el momento, me ayudó para clarificarme ciertas cosas, mecanismos, ciertos miedos que me venían", agregó.

De igual forma, el sumo pontífice abordó el tema del duelo y la tristeza como sentimientos humanos, los cuales todos experimentamos a lo largo de nuestra vida como un proceso natural.

"Sí, tristeza sí he tenido muchas. Sea por situaciones de dolor humano, por la muerte de papá, de mamá, son tristezas hondas. O también tristeza o preocupaciones en momentos difíciles, históricos que nos tocó vivir"

En la entrevista, el Papa también reveló a Nelson Castro que gozaba de un descanso profundo y reparador, sin necesidad de medicación. "Duermo como un tronco", expresó por medio de la entrevista, y detalló su rutina nocturna: se acostaba a las nueve, leía hasta las diez y se despertaba naturalmente a las cuatro de la mañana, sin necesidad de despertador.

El Pontífice también se refirió a sus principales preocupaciones: el sufrimiento ajeno, especialmente el de los niños y los ancianos.

"Me aflige el dolor ajeno", afirmó, con especial énfasis en los niños que padecen hambre o son víctimas de conflictos armados, y en los ancianos que viven en el abandono.

En cuanto a su salud fisica, Francisco confesó que seguía una dieta especial debido a un "desequilibrio entre el páncreas y el hígado". Además, aseguró que no guarda rencores, ya que si algo le molestaba, lo enfrentaba o lo dejaba atrás sin resentimientos.

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