En un mundo donde la inocencia se pierde entre las sombras de la explotación, surge una luz que desafía la opresión y enciende el camino hacia la justicia. Esta luz lleva el nombre de Iqbal Masih, un niño cuya historia trasciende la crueldad y la injusticia para inspirar un cambio profundo.

Iqbal nació en la pobreza de Pakistán, pero su destino fue sellado a una edad temprana cuando fue vendido como esclavo a una fábrica de alfombras. Su padre lo cedió a una fábrica de alfombras de Punjab a cambio de un préstamos para pagar la boda de Aslam, el hijo mayor. Para la madre de Iqbal tenía la obligación de conseguir el dinero para la boda de Aslam, en donde tenía que reunir una suma apreciable para permitir que su hijo se pudiera construir una casa o adquirir tierras antes de casarse. 
Fue así como dejaron a Iqbal, en ese sombrío mundo de explotación infantil, donde su infancia se desvaneció entre hilos y tejidos, Iqbal soportó seis años de trabajo forzado y privaciones inhumanas. 

Sin embargo, en lugar de doblegarse ante la desesperación, Iqbal desafió el silencio de la esclavitud. A la edad de diez años con gran valentía, escapó de ese lugar y se alzó como un símbolo viviente de resistencia. Se unió a la lucha contra la esclavitud infantil, convirtiéndose en la voz de aquellos cuyos gritos eran sofocados por la indiferencia y la avaricia.

Iqbal se empezó a hacer popular, llamando la atención de bastantes asociaciones humanitarias quienes comenzaron a prestar oídos a una situación que contraviene los derechos infantiles y que el gobierno de Pakistán había preferido ignorar a pesar de los acuerdos internacionales suscritos. 

A causa de las denuncias y activismo, Iqbal se convirtió en un personaje cada vez más incomodo para aquellas personas que se beneficiaban del trabajo infantil. A pesar del riesgo que que tenía a causa de su combatividad que lo llevaron a recibir amenazas de muerte, siempre rechazó la escolta policial e incluso rechazó trasladarse a un lugar más seguro, prefiriendo quedarse junto a los suyos. 

Desafortunadamente, la tarde del 16 de abril de 1995, en una remota localidad de la provincia de Punjab, un disparo de escopeta acabó con la vida de Iqbal Masih. 

La historia de Iqbal nos confronta con la cruda realidad de millones de niños atrapados en el mundo de la explotación quien a pesar de su corta vida, dejó un legado que resuena en cada llamado por la libertad y la dignidad de los niños.

Hoy en el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, honramos su memoria y renovamos nuestro compromiso de erradicar estas acciones en nuestra sociedad.

@diariodemorelosoficial 16 de abril: Día Mundial contra la Esclavitud Infantil #16deabril #efemérides ♬ sonido original - diariodemorelosoficial

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