Una década después, el universo de Shrek no pierde el toque ni la escencia, y nos sigue maravillando con historias entretenidas y llenas de aventuras.
Antonio Banderas vuelve a uno de sus papeles más icónicos, con un Gato con Botas envalentonado que se muestra listo para enfrentarse al peligro.
Desde su aparición en la segunda película de Shrek, el Gato con Botas (Antonio Banderas) se convirtió instantáneamente en uno de los personajes más queridos por los fans, y en uno de los más representativos en la historia de Dreamworks y sus películas de animación. En esta cinta, se embarca en un viaje épico donde los errores de su pasado y su pasión al peligro lo han llevado a gastar ocho de sus nueve vidas, quedando así expuesto ante la muerte. Esta aventura, la más importante de toda su carrera, será la que ponga a prueba toda su capacidad, ya que el recuperar sus vidas perdidas es una misión en la que no puede fallar.
Para esto, contará con la inesperada ayuda de "Kitty Patitas Suaves" (Salma Hayek), su ex pareja y rival, además de "Perrito" (Harvey Guillén), un nuevo amigo que lo acompañará en esta ardua excursión, en la que buscarán la mítica "Estrella de los Deseos", una fuente de poder que parece la única solución a esta terrible situación.
Esta es una película que hace muchas cosas bien, lo primero, el mantener elementos identificables de la saga, como son los personajes de cuento satirizados (presentando, por ejemplo, a Ricitos de Oro y la familia de Osos como una banda criminal, o al Gran Lobo Feroz como la Muerte), un tono extremadamente cómico que, a la vez, respeta los momentos serios que se llegan a presentar en la trama (el dar espacios donde el miedo o el carácter amenazante del villano tenga cabida) o el permitirse experimentar con un guión atrevido que exhibe una verdadera evolución de personaje, y nos brinda una resolución emocional a la altura de la saga.
Y es que, esta cinta se siente como una renovación total de la saga, a pesar de mantener los elementos antes mencionados. Los personajes secundarios tienen motivaciones y personalidades y una identidad que encaja de manera orgánica con todo el ecosistema de Shrek, y nada se siente fuera de lugar; además, la animación -que nos recuerda a Spiderman: Into the Spiderverse- es eléctrica y vibrante, y te mantiene todo el tiempo expectante a lo que está a punto de pasar.
Sin duda, esta película excede todas las expectativas que uno puede llegar a tener. cada personaje funciona y tiene un carisma único que contagia al espectador y lo hace entrar en la misma sintonía. Es curioso que la secuela de lo que fue la película menos taquillera de la saga, sea ahora la que carga con el peso de traer de vuelta al cine a este universo, y que lo haga además con tanta soltura y con una historia tan bien contada. Si todavía no estás convencido de ver esta película, te dejamos aquí abajo este divertido tráiler que estamos seguros de que te va a encantar.