En el corazón del Centro Histórico de Puebla, un hombre de origen rumano, Mircea Gabriel Mihaila, ha capturado la atención y la esperanza de cientos de personas. Conocido popularmente como "El Quita Dolores", este migrante ofrece sesiones de sanación con las manos, canalizando lo que él describe como "energía curativa" para aliviar dolores físicos y emocionales. Su presencia, que comenzó hace aproximadamente tres meses, ha generado un fenómeno social que mezcla fe, esperanza y controversia, atrayendo multitudes y desatando debates sobre la validez de sus métodos.

Orígenes y descubrimiento de sus habilidades

Mircea Gabriel Mihaila, de nacionalidad rumana, llegó a México hace varios años y se estableció inicialmente en Playa del Carmen. Según sus declaraciones, descubrió accidentalmente sus habilidades curativas durante una fiesta, cuando detuvo una hemorragia severa en una persona herida por un plato de microondas, salvándole la vida. Este incidente, que ocurrió a unos 10 cm de la arteria principal, sorprendió a los médicos presentes, y posteriormente ayudó a la misma persona a recuperar el movimiento del brazo en dos semanas a través de terapia energética.

Sin formación médica formal, Mihaila exploró prácticas holísticas, incluyendo un breve período en el Instituto Holístico Maya en Playa del Carmen, pero prefirió trabajar de manera independiente. Antes de llegar a Puebla, ofrecía terapias a distancia de forma gratuita a través de grupos de Facebook y trabajó en tianguis de Playa del Carmen, así como con profesores de tenis. Su método, según él, no requiere rituales ni concentración específica, y cree en un Dios interno y externo, sin afiliación religiosa.

Métodos de sanación y filosofía

Mihaila describe su técnica como un proceso natural, similar a caminar o ver, basado en la confianza en sí mismo y el flujo de energía. Coloca sus manos sobre las personas para transmitir esta energía, sin utilizar medicamentos ni técnicas específicas. Asegura que puede trabajar a distancia con mínima mentalización, aunque prefiere el contacto directo para mayor efectividad. No cobra tarifas fijas, aceptando donaciones voluntarias según las posibilidades económicas de cada persona, lo que refuerza su postura de no ser un profesional médico, sino alguien que comparte una habilidad innata.

En entrevistas, ha expresado que su trabajo no busca engañar a nadie: "Oamenii vin la mine, cada uno decide qué creer o no (...) No hay límites. Las personas vienen, se sientan y sienten los cambios". Esta filosofía ha resonado con muchos, especialmente aquellos que buscan alternativas a la medicina convencional.

Impacto en la comunidad de puebla

Desde su llegada al Centro Histórico, específicamente en la Plazuela de la 4 Sur frente al edificio Carolino de la BUAP, Mihaila ha atraído largas filas de personas, algunas llegando desde las 5, 6 y 7 de la mañana para asegurar un lugar. Antes de su reubicación, se estima que atendía hasta 500 personas diarias, generando aglomeraciones y esperas de hasta nueve horas, lo que preocupó a las autoridades por el orden público y la seguridad en una zona de alto tráfico peatonal.

Debido a estas aglomeraciones, el Ayuntamiento de Puebla, el 24 de mayo de 2025, decidió reubicarlo al Paseo Bravo, limitando su atención a sólo 40 personas al día. Esta medida, tomada para garantizar la seguridad y evitar disturbios, no ha disminuido el interés, con personas provenientes no solo de Puebla, sino también de otros estados, buscando alivio para dolencias como dolor crónico, artritis, fibromialgia, y hasta cáncer.

Testimonios y expectativas

Entre los asistentes se encuentra Gloria González, quien padece dolor crónico en la espalda y la cadera desde hace cinco años. Como ella, muchos depositan su fe en Mihaila, esperando encontrar alivio donde la medicina tradicional no ha sido suficiente. Otros testimonios, compartidos en redes sociales y medios locales, incluyen casos de personas con lesiones deportivas y neuralgias que afirman haber experimentado mejorías tras sus sesiones. Sin embargo, la eficacia de sus métodos permanece en el ámbito de la percepción personal, sin estudios científicos que la respalden.

Mihaila, por su parte, se muestra abierto a la crítica, considerándola una motivación para mejorar. "Una vida sin crítica es irrealista", ha dicho, viendo en ella una forma de evitar el ego y el orgullo, lo que refuerza su postura humilde frente a las expectativas de sus seguidores.

Reacción de las autoridades y aspectos legales

Las autoridades locales han aclarado que las actividades de Mihaila no violan ninguna ley, ya que no receta medicamentos ni usurpa profesiones médicas. El regidor Gabriel Biestro, en declaraciones del 23 de mayo de 2025, lo calificó como un "mago" que realiza trucos, más que un servicio médico, por lo que no se considera estafa. Sin embargo, podría ser sancionado por invadir vía pública si obstruye áreas como la Plaza de la Democracia, según la Normatividad Municipal.

A pesar de estas aclaraciones, no se encontraron reacciones directas de las autoridades de salud de Puebla específicamente sobre Mihaila. Esto deja abierta la puerta a un debate más amplio sobre las terapias alternativas y su regulación, especialmente en un contexto donde la comunidad médica a menudo cuestiona la falta de evidencia científica en prácticas como la suya.

Presencia en redes Sociales y percepción pública

La popularidad de Mihaila ha trascendido las calles de Puebla, extendiéndose a las redes sociales. En X, se han compartido numerosas publicaciones desde mayo de 2025, con hashtags como #Puebla, #CuranderoRumano y #SaludAlternativa, reflejando tanto apoyo como escepticismo. Por ejemplo, un X post de @ALunaSilva el 20 de mayo de 2025 mostró la fila de espera para sus sesiones, con más de 1,100 vistas.

En medios rumanos, como CanCan, se le describe como "el analgésico rumano", destacando su impacto en Puebla y su método de sanación energética, lo que refuerza su imagen como un fenómeno transnacional.

Análisis y conclusión

Mircea Gabriel Mihaila representa un fenómeno social en Puebla, donde la búsqueda de alternativas a la medicina convencional encuentra un espacio en la figura de este curandero rumano. Su capacidad para atraer multitudes y generar esperanza en quienes lo buscan es indudable, al igual que las preguntas sobre la validez y la efectividad de sus métodos. Mientras las autoridades locales buscan equilibrar el derecho a la expresión y la práctica libre con la necesidad de mantener el orden público, su historia refleja la tensión entre fe, ciencia y necesidad humana.

Su impacto va más allá del plano médico; es un reflejo de la búsqueda de consuelo y esperanza, especialmente en un contexto donde el acceso a la salud puede ser limitado. Sin embargo, la falta de respaldo científico y las opiniones divididas entre sus seguidores y escépticos subrayan la complejidad de su figura. En un mundo donde la fe y la ciencia a menudo se encuentran, Mihaila continúa ofreciendo su particular forma de alivio, dejando que cada individuo decida si cree o no en su poder curativo.

@mircea_gaboo

muchas gracias!

sonido original - Mihaila Mircea Gabriel

 

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