A los 17 años, cuando cursaba su último semestre de preparatoria y se preparaba para ingresar a la universidad, Luis Fermín Hernández Morales, originario de Ayala, sufrió un accidente automovilístico que le provocó una lesión medular completa y cambió su vida para siempre.
Hoy, a sus 37 años, comparte su historia de resiliencia y el camino que siguió para reconstruirse.
“Perdí un año por la rehabilitación y la recuperación, pero al siguiente ya estaba retomando mis actividades”, relató.
Lo que marcó el rumbo de su proceso fue el acercamiento al deporte adaptado. “El deporte salvó mi vida”, afirma con seguridad.
Fue a través de amigos en Cuautla que conoció el básquetbol, el atletismo y otras disciplinas, donde comenzó a destacar y recuperar su ánimo y autonomía. A partir de esa experiencia, decidió estudiar Educación Física y Deportes, carrera de la cual hoy es egresado y a la que dedica su vida laboral, trabajando con personas con y sin discapacidad. Sin embargo, reconoce que aún existen enormes desafíos para alcanzar una inclusión real.