Una celebración especial se vivió este 10 de Mayo en el estado de Morelos y seguramente en el resto del país, pues la mayoría de los panteones cerraron sus puertas al público a causa de la pandemia por COVID-19.

El festejo a las mamás es una oportunidad muy importante para ir al encuentro de ellas por parte de hijos, nietos y bisnietos, que desean confirmarle su admiración y amor. Pero esta vez, como prácticamente nunca se había visto, algunos visitantes a los panteones se toparon con unas enormes rejas cerradas, era una fortaleza de metal frío que les impedía el paso al interior del cementerio para conmemorar a sus Mamas difuntas. Esta situación de excepción se dio en el norte de Cuernavaca, porque el panteón comunal de Ocotepec cerró el paso al público desde el 9 de Mayo y volverá a abrir hasta el 12 de Mayo.

En el camposanto conocido como La Leona, el más antiguo de Cuernavaca y ubicado en la colonia Carolina, cerraran por ocho días y abrirán hasta el próximo sábado 16 de Mayo. El impedimento para acceder a estos lugares, explicaron las autoridades municipales, fue para disuadir a la gente a acudir en grandes cantidades a visitar las tumbas de las mamas acaecidas y con ellos ponerse en riesgo de contagio del nuevo coronavirus. En el panteón de La Paz, que se encuentra en la colonia Chipitlán, al sur de la capital, se aplicó la misma medida, por lo que la imagen del lugar fue muy diferente a las de otros años, que acudieron personas por cientos a recordar a sus mamás. Los panteones, sin embargo, no estuvieron totalmente cerrados, pues solo recibían a las personas que iban a hacer inhumaciones, lo que se dio con las restricciones consistentes en dar pasó a solo ocho o diez persona y estar poco tiempo.

En las inmediaciones del panteón comunal de Ocotepec, el señor Miguel Ángel Ojeda Hernández comento: “Mi mamá Hilda Hernández Flores partió de este mundo hace dos años y pues hoy no la visitaré en el panteón, solo le prenderé una veladora en la casa y al pie de su foto depositaré unas flores”. Víctor Manuel González Curiel, un trabajador del panteón de La Leona, dijo: “Hoy me tocó trabajar por cubrir una guardia, pero en cuanto salga de aquí me iré directo a ver a mi madre que aún me vive; ella se llama Elena Curiel y le llevaré flores y también de comer, ella es mi ídolo, porque siempre trabajó para darnos de comer”

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp