En un llamado a la reflexión y cambio de modelos, el investigador y secretario académico del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, Itzcóatl Maldonado, destaca la necesidad imperante de asumir una mayor responsabilidad ética y moral en nuestra relación con los animales.
Enfatiza que los seres humanos deben dejar de ver a los animales como simples objetos o recursos naturales para satisfacer nuestras necesidades, y más bien reconocerlos como seres que sienten y poseen estados afectivos, similares a los humanos.”.
De acuerdo a Maldonado Reséndiz, no pueden ser poseídos; en cambio, deberían ser tutelados y contar con una figura de un tutor que represente o cuide sus intereses, y que estos estén bajo el amparo de la ley.
Lejos de asumir esa responsabilidad, históricamente el ser humano lo utiliza para satisfacer sus necesidades básicas y de alimentación, pero también otras como diversión, sin preocuparse por su sufrimiento o su bien.
Con base en la percepción histórica de que no están al mismo nivel que los seres humanos al no pertenecer a la especie homo sapiens, también se ha generado una sensación de dominio y discriminación, explicó el experto.
Esta idea de segregación se identifica como especismo, el cual está relacionado con el trato desfavorable, injustificado de quienes no son clasificados como pertenecientes a cierta especie, aunque también se presenta de manera selectiva, apuntó.
El especismo, como cualquier acto discriminatorio, añadió, se percibe injusto y es tan reprobable como la marginación asociada a la asignación sexo genérica o a la racial por color de piel, así como por ideología partidista o de religión.
De esta forma, dijo, se ha construido una actitud irresponsable en la forma en que el ser humano se relaciona con el resto de los animales y que a veces no tiene consecuencias jurídicas ni morales.
Responsabilidad implica consideraciones de orden bioético, pero también legal, económico y social, sobre todo en el caso de los de compañía.
Maldonado Reséndiz enfatizó que hoy en día no se puede decir: desconocía que no debo golpearlos, que tampoco deben vivir en la azotea, o no sabía que tengo que darles una muerte sin sufrimiento. Es normativa jurídica evitarles sufrimiento.