Durante la temporada decembrina, la oferta hotelera del Estado de Morelos se consolida como uno de los principales motores de la actividad turística, al fortalecer la hospitalidad, la experiencia de los visitantes y la derrama económica en municipios con vocación turística.
El sector se posiciona como un articulador estratégico, incrementando la ocupación hotelera, extendiendo la estancia promedio y detonando el consumo en restaurantes, transporte, servicios de bienestar, comercio local y proveeduría regional. Este dinamismo genera beneficios directos para las comunidades y los prestadores de servicios.
El Gobierno del Estado destacó que este modelo turístico tiene un impacto social tangible:
“En Morelos, la hotelería no sólo recibe visitantes, sino que activa empleo, integra a proveedores locales y fortalece la economía comunitaria. Cada temporada representa una oportunidad para que el turismo genere bienestar real.”
En destinos como Cuernavaca, Tepoztlán, Jiutepec, Xochitepec, Tlayacapan, Tequesquitengo y otros municipios, los establecimientos de hospedaje han integrado celebraciones propias de la época, como cenas navideñas, posadas internas y servicios orientados a la convivencia familiar, ampliando la oferta para visitantes locales y regionales. Estas actividades activan una cadena de valor integral que incluye la contratación de personal temporal, la compra de insumos a productores y negocios locales, y la colaboración con cocineras, cocineros y proveedores de la región, lo que permite una distribución más amplia y equitativa de la derrama económica en el territorio.
El Gobierno del Estado destacó que este modelo turístico tiene un impacto social tangible:
“En Morelos, la hotelería no sólo recibe visitantes, sino que activa empleo, integra a proveedores locales y fortalece la economía comunitaria. Cada temporada representa una oportunidad para que el turismo genere bienestar real.”
En destinos como Cuernavaca, Tepoztlán, Jiutepec, Xochitepec, Tlayacapan, Tequesquitengo y otros municipios, los establecimientos de hospedaje han integrado celebraciones propias de la época, como cenas navideñas, posadas internas y servicios orientados a la convivencia familiar, ampliando la oferta para visitantes locales y regionales. Estas actividades activan una cadena de valor integral La oferta hotelera morelense se distingue por su diversidad, que abarca desde hoteles boutique, resorts y haciendas adaptadas, hasta espacios de bienestar. Muchos de ellos ofrecen servicios complementarios como gastronomía de temporada, spas, temazcales y experiencias de contacto con la naturaleza, respondiendo a la creciente demanda de turismo de cercanía y descanso proveniente principalmente del centro del país.
