En los manglares del archipiélago de Guadalupe, en el Caribe francés, científicos descubrieron una bacteria tan grande que puede verse sin necesidad de microscopio. Se trata de Thiomargarita magnifica, una especie que ha sorprendido a la comunidad científica al desafiar los límites establecidos por la biología celular.

Un gigante microscópico

Esta bacteria alcanza hasta un centímetro de longitud, lo que la convierte en la célula bacteriana más grande conocida hasta el momento. Para ponerlo en perspectiva, es unas 5,000 veces más grande que una bacteria promedio, y su tamaño permite observarla a simple vista, algo prácticamente imposible en el mundo microbiano.

A diferencia de las bacterias comunes, Thiomargarita magnifica posee una estructura interna compleja: su ADN se encuentra contenido en compartimentos llamados “pepins”, un rasgo más característico de las células eucariotas —como las humanas— que de las bacterias. Este detalle ha llevado a los investigadores a replantear la frontera entre ambos tipos de organismos.

Un hallazgo que desafía la biología

El descubrimiento de esta bacteria pone en duda varias ideas fundamentales sobre el tamaño y la organización de las células. Hasta ahora, se creía que las bacterias no podían crecer tanto debido a limitaciones físicas y metabólicas. Sin embargo, esta especie ha demostrado que puede superar esos límites sin perder funcionalidad.

Además, su presencia en ambientes de manglar —zonas húmedas, ricas en materia orgánica y azufre— sugiere que su adaptación responde a condiciones extremas, lo que abre nuevas líneas de investigación sobre la evolución microbiana.

Importancia ecológica y científica

Más allá del asombro, este hallazgo podría tener implicaciones en el estudio de los ecosistemas costeros. Thiomargarita magnifica participa en procesos como la oxidación del azufre y la fijación del carbono, esenciales para mantener el equilibrio químico de los sedimentos marinos.

Los científicos creen que podría ayudar a entender cómo las bacterias influyen en los ciclos biogeoquímicos y cómo la vida logra adaptarse a entornos cambiantes. A su vez, este descubrimiento refuerza la importancia de los manglares como refugios de biodiversidad aún desconocida.

El misterio continúa

A pesar de su tamaño y singularidad, Thiomargarita magnifica sigue siendo un enigma. Los investigadores aún no logran cultivarla de forma estable en laboratorio, lo que impide conocer con precisión su ciclo de vida, su forma de reproducción y su distribución en el planeta.

Por ahora, la llamada “bacteria gigante” se mantiene como una rareza natural que desafía todo lo que sabíamos sobre los límites de la vida microscópica.

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