Durante la décimo primera Caminata por la Paz, el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, denunció que la violencia y el narcotráfico se han infiltrado en todos los ámbitos de la vida social, especialmente en la política. Ante cientos de feligreses reunidos en el atrio de la Catedral de Cuernavaca, hizo un llamado urgente a los tres niveles de gobierno para que actúen con eficacia frente a esta crisis.
Reconoció que tanto el gobierno federal como el estatal han adoptado nuevas estrategias para combatir la violencia, sin embargo, consideró que no han logrado crear las condiciones necesarias para superarla. “A la Iglesia la entristece profundamente, y rechaza la situación de violencia, una violencia que nos afecta a todos de una manera o de otra, que abarca las distintas esferas y tiempos. No es justo vivir en el temor, en la desconfianza. Nadie merece que lo priven de su vida, de su familia, de sus bienes”, expresó.
El obispo advirtió que el crimen organizado ha adquirido tal presencia que resulta casi imposible no toparse con él. Aseguró que muchos funcionarios públicos enfrentan riesgos constantes al ejercer sus responsabilidades. “Aunque nadie lo dice, los funcionarios saben que a los líderes del narco hay que pedirles permiso para muchas cosas: para pavimentar calles cuando afecta sus negocios, para retirar ambulantes… No reconocerles el poder que tienen les puede costar mucho”.
En su mensaje, hizo un llamado a la ciudadanía para asumir responsabilidad y tomar conciencia de la gravedad de la situación. “¿A quién esperamos para que venga a arreglar este mal? ¿Por qué no reaccionamos y hacemos algo para revertir este diabólico flagelo? ¿Por qué la ciudadanía da muestras de desinterés e indiferencia muchas veces? ¿Dónde perdimos el rumbo?”, cuestionó.
También dirigió un mensaje a las autoridades y aseguró que en la Iglesia encontrarán una aliada para enfrentar la violencia. “Les digo: cuentan con nosotros como Iglesia, cuentan con estos sacerdotes, con esta vida consagrada, diáconos, con las parroquias, con los feligreses. Estamos aquí no solo para criticar, sino para ofrecer también el deseo de construir juntos”, afirmó.
Finalmente, urgió a las autoridades a realizar acciones concretas que frenen la violencia. “El pueblo se los va a agradecer. Más que los miles de discursos de paz y seguridad, más que las incontables mesas de análisis, más que los mil y un elementos patrullando sin rumbo ni estrategia, más que los mil y un millones que se gastan cada año por procurar una paz que nunca llega, se los pido de corazón: sean concretos”.
